La Paz, Baja California Sur (BCS). Keizaburo Watanabe es un sobreviviente. Se zafó de morir a consecuencia de la bomba atómica que lanzó Estados Unidos, y escapó de perecer en el fuego de alguna misión suicida de la Armada Imperial Japonesa. A sus 93 años, tiene más de 15 de ellos viviendo en La Paz.
Era un Kamikaze, como mal tradujo el gobierno de Estado Unidos, porque el significado real es viento divino. Las tareas de impactarse con una bomba en el avión, contra algún barco de la flota enemiga, por defender su nación.
Pertenecía a la Unidad Especial de Ataque Shinpū, en el Cuerpo Aéreo de Fujisawa, pero el fin de la guerra evitó que volara.
Pertenecía a la Unidad Especial de Ataque Shinpū, en el Cuerpo Aéreo de Fujisawa, pero el fin de la guerra evitó que volara.
Ego y altruismo es una dualidad, comenta Keizaburo, que son constantes en la cultura japonesa, el bien común sobre el interés personal. Él se enlistó, claro, no muy convencido. ¿Quién no preferiría quedarse con su familia?
“Es una decisión entre ego y altruismo social. Todos los días. Por ejemplo, si tienes que pasar el cumpleaños de un familiar o una reunión de negocios, lo más importante es lo público más que lo privado, por tanto si te excusas de una reunión de negocios, no debes escudarte con una situación personal”, explicó.
En su juventud experimentó en carne propia uno de los capítulos más negros de la historia de la humanidad. El escritor e investigador de Cibnor, Mario Jaime presentó su historia a un tumulto de jóvenes de la Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS).
Él será el traductor de la historia de vida de Watanabe, próximamente a publicarse.
Él será el traductor de la historia de vida de Watanabe, próximamente a publicarse.
En una charla que duró más de dos horas, Watanabe brindó un contexto distinto. El perteneciente al de los vencidos. Habló de las veces en que países extraños intentaron entrar a la isla de Japón, por su estratégica ubicación. Algunos llamarían esto una estrategia “en el ajedrez político mundial”.
“La tesis de la guerra contra Estados Unidos es que era necesaria, porque iba ser conquistada; la guerra del pacífico es parte de 600 años de intentos de colonización de imperios cristianos de occidente”, explicó Mario Jaime.
“La guerra del Pacífico es un crimen a merced de intereses económicos para justificar invasiones, con el crimen más atroz: el desarrollo de bombas atómicas; a 70 años, se mataron por ideas e ideologías”, añadió.
El excombatiente nació el 10 de julio de 1923. Con la rendición de Japón, Watanabe no fue incluido en la lista de personas que murieron uno de los conflictos militares a nivel global, y que se desarrolló entre 1939 y 1945, la Segunda Guerra Mundial.
Tras sortear la guerra, viajó por el mundo, aprendió cuatro idiomas y se convirtió en empresario de renombre. Hoy descansa en La Paz, opinando que sus atardeceres valen millones de dólares.
Pronto su libro autobiográfico será presentado en Tokyo.
Keizaburo Watanabe
visita La Casa del Artesano Sudcaliforniano
La historia de un kamikaze japonés narrada desde el paraíso sudcaliforniano
http://www.uabcs.mx/sdifusion/noticia_p/3224
REPLICAS LITICAS DE SUDCALIFORNIA
ARTESANIAS LITICAS
DE SUDCALIFORNIA
ARTESANO CASIMIRO GARDEA OROZCO
La cultura de los pueblos que habitaron la península siempre ha causado un gran interés para los antropólogos y arqueólogos, también ha despertado el interés de la sociedad que busca conocer y comprender el cómo vivían y concebían su espacio geográfico.
Gracias a los escritos de los misioneros Jesuitas y Dominicos principalmente, nos ha llegado información acerca de su modo de vestir, alimentación y algunas de sus costumbres, aunque hay que señalar siempre con el sesgo característico de una cultura totalmente diferente. Fue en los últimos dos siglos (1800-2000) principalmente, cuando los investigaciones y reflexiones acerca de las culturas indígenas que habitaron la península dieron como resultado un mayor interés de la población por conocer y comprender de una manera más objetiva, estas culturas que lograron con el paso de los siglos adaptarse a un medio hostil.
Esta fascinación despertada ante el hallazgo de algunas puntas de flecha en 1977 en sus paseos por las cercanías de la ciudad de La Paz, especialmente durante sus caminatas por la playa El Conchalito, hace ya más de 35 años motivo en Casimiro Gardea Orozco, nacido en la Cd. de Chihuahua, Chih. Y avecindado en esta ciudad desde 1975, siendo sobreviviente del Ciclón Liza en 1976, por esta causa estando el internado en La ciudad de Los Niños y Niñas de La Paz y siendo aprendiz de Diseñador Gráfico en la imprenta, adquirió la costumbre de salir desde temprano los domingos a caminar por la playa . . . durante estos paseos fue que encontró sus dos primeras puntas de flecha completas de un tamaño aproximado a 4 pulgadas de largo en perfecto estado, siendo que él no conocía este tipo de herramientas, únicamente en el museo y en los libros, dichas puntas se las mostro a una de las personas encargadas del internado que en unos de sus viajes a Italia las llevo quedando estas en las manos de una persona que trabajaba en uno de los museos de aquel país, de las cuales no volvió a saber de ellas, a cambio esta persona a su regreso le obsequio un cuchillo tallado de marfil que trajo de áfrica, a partir de ese entonces nació en el la costumbre de cada vez que salía a caminar… buscar y coleccionar piezas líticas, encontrando casi en su totalidad piezas fraccionadas o quebradas y esporádicamente piezas completas, su perseverancia le llevo a juntar más de 40 piezas completas en perfecto estado las cuales dono en el 2012 al Museo de Antropología e Historia de Baja California Sur para su exposición junto con un molar de camello prehistórico que encontró frente al antiguo hotel Gran Baja.
Su labor creativa no concluyo con la entrega de esta colección, sino que al darse cuenta de que la mayoría de las puntas de lanza y flecha que se encontraba estaban partidas o quebradas tal vez por el uso que se les dio al ser arrojadas contra sus presas o a la hora de estar haciendo su percutido se le quebró al autor original de las mismas y en base a artículos publicados en libros por investigadores decidió realizar con la técnica de percutido algunas puntas de flecha que después de muchos intentos logro sus primeras replicas (por mencionarlas así pero en su caso son originales, por lo regular ninguna pieza es igual a la otra) durante varios años estuvo guardando estas piezas, no quedando satisfecho con esto empezó a fabricar también hachas, después le nació la inquietud de hacerlas de una manera más completa y comenzó a confeccionar arcos con sus flechas haciendo los amarres con cordel de pesca, pero esto tampoco le satisfacía y comenzó a investigar el tipo de amarres que los indios californios usaban, leyendo el algún libro que ellos hacían lasillos machando las raíz del cardón, choya, ocotillos y magueyes silvestres, tratando de simular esta técnica intento buscar la manera de hacer algo similar a los hallazgos en las excavaciones, incluso uso hoja de palma pero no le parecía bien, hasta que en una charla en internet con un coleccionista argentino este le dijo que en algunas culturas utilizaban la fibra de la hoja del plátano para vendar las heridas y en algunos caso los hilos de las hojas para hacer suturas craneales, que lo intentara de esta manera, así lo hizo logrando lasillos muy parecidos a los utilizados por los antiguos californios, confirmándolo después cuando se le permitió la entrada al laboratorio del Museo de Antropología e Historia de Baja California Sur para observar los lasillos que ahí conservaban de un faldellín pericué hecho con nudillos de carrizo de más de 700 años de antigüedad en cual se le solicito les elaborara con esta técnica para colocar en un maniquí de una mujer pericué junto con un pectoral de concha de madreperla para su compañero.
Ya logrado este paso comenzó confeccionar arcos completos con su flechas haciendo sus amarres con esta fibra de plátano poniendo mango a las hachas haciendo los amarres con esta fibra, logrando de esta manera piezas que envidiaría cualquier coleccionista de armas antiguas y así consiguió hacer su primera pequeña exposición durante el mes de mayo al mes de agosto de 2013 en Centro de Artes Tradiciones y Culturas Populares de Baja California sur.
Casimiro Gardea Orozco presento esta serie de objetos con la finalidad de que las personas obtengan una imagen de cómo eran utilizados y la importancia que tenían para las culturas de los indígenas californios dedicados principalmente a la caza y recolección de frutos y semillas. Además esta piezas son concebidas por el autor como una artesanía diferente tal vez, pero no menos importante al ser hechos con enorme destreza y habilidad..
Reconocemos la constante labor de este artesano que nos ofrece una interesante visión de la cultura de los antiguos californios, esperando que hayan disfrutado de esta muestra del talento y creatividad de este Sudcaliforniano por adopción.
EXPOSICION ARTE LITICO
DE SUDCALIFORNIA
CENTRO DE ARTES POPULARES
DE BAJA CALIFORNIA SUR
LA PAZ, BAJA CALIFORNIA SUR
HACHAS, ARPONES, PUNTAS DE FLECHA,
CUCHILLOS, ACCESORIOS, ETC.
CUCHILLOS, ACCESORIOS, ETC.
HACHAS, ARPONES, PUNTAS DE FLECHA, CUCHILLOS,
ACCESORIOS, ETC.
REPLICA DE FALDILLIN PERICUE
HACHAS, ARPONES, PUNTAS DE FLECHA,
CUCHILLOS, ACCESORIOS, ETC.
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CUCHILLOS, ACCESORIOS, ETC.
HACHAS, ARPONES, PUNTAS DE FLECHA,
CUCHILLOS, ACCESORIOS, ETC.
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CUCHILLOS, ACCESORIOS, ETC.
CASIMIRO GARDEA OROZCO
EN LAS OFICINAS DE CANAL 8
PARA UNA ENTREVISTA
EN EL PROGRAMA CON SENTIDO
Hoy sus piezas están a la venta en:
La Casa del Artesano Sudcaliforniano
Parque Cuauhtémoc
Bravo y Mutualismo Frente al Malecón
LA PAZ, BAJA CALIFORNIA SUR
LA PAZ, BAJA CALIFORNIA SUR
LA PAZ, BAJA CALIFORNIA SUR
LA PAZ, BAJA CALIFORNIA SUR
LA PAZ, BAJA CALIFORNIA SUR
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