martes, 14 de julio de 2015

LAS SERGAS DE ESPLANDIAN Y LA REINA CALAFIA






Las Sergas de Esplandian, escritas primeramente en griego por Helisabad hijo de Amadis y posteriormente traducidas a múltiples lenguas según la región o reino de que se tratara. El escrito habla originalmente de cuatro libros sin embargo, posteriormente se agrega un quinto libro y es precisamente en éste donde se habla de la Reina Calafia monarca de la mítica isla California.

Es claro que dicho nombre se aplica a la misteriosa isla y al leer estos capítulos no queda duda alguna de que el nombre de California fue aplicado a lo que originalmente se pensó era una isla, la península de Baja California, en clara alusión a la California de las Sergas de Esplandian. Esto es, queda claro que el nombre no fue una invención específica sino la utilización de un nombre ya conocido y establecido en ese libro, aplicado no porque se creyera que la península, que se pensaba isla, fuera en realidad la de California a la que el libro se refería sino, simplemente, porque a alguien se le ocurrió nombrarla por ser isla, con múltiples acantilados y riscos que son comunes por la costa del golfo peninsular y que, seguramente, a los primeros navegantes españoles les recordaba de alguna manera a la isla del libro.
A continuación se presentan los capítulos del CLVII al CLX de dicho libro quinto de las Sergas de Esplandian.


LAS SERGAS DE ESPLANDIAN Y LA REYNA CALAFIA 

LAS SERGAS DE ESPLANDIAN Y LA REYNA CALAFIA 
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LAS SERGAS DE ESPLANDIAN Y LA REYNA CALAFIA 
LAS SERGAS DE ESPLANDIAN Y LA REYNA CALAFIA 
LAS SERGAS DE ESPLANDIAN Y LA REYNA CALAFIA 
LAS SERGAS DE ESPLANDIAN Y LA REYNA CALAFIA 
LAS SERGAS DE ESPLANDIAN Y LA REYNA CALAFIA 
LAS SERGAS DE ESPLANDIAN Y LA REYNA CALAFIA 

Origen del nombre California

Las sergas de Esplandián, por Garci Rodríguez de Montalvo, España, 1510, capítulos 157-160. (Fragmentos

“Sabed que a la diestra mano de las Indias hubo una isla, llamada California, muy llegada a la parte del Paraíso Terrenal, la cual fue poblada de mujeres negras, sin que algún varón entre ellas hubiese, que casi como las amazonas era su estilo de vivir.
“Éstas eran de valientes cuerpos y esforzados y valientes corazones y de grandes fuerzas. La ínsula en sí la más fuerte de riscos y bravas peñas que en el mundo se hallaba.
“Las sus armas eran todas de oro y también las guarniciones de la bestias fieras en que, después de las haber amansado, cabalgaban; que en toda la isla no había otro metal alguno.

“Moraban en cuevas muy bien labradas, tenían navíos muchos en que salían a otras partes a hacer sus cabalgadas, y los hombres que prendían llevábanlos consigo, dándoles las muertes que adelante oiréis.


 

 
“Y algunas veces que tenían paces con sus contrarios, mezclábanse con toda seguranza unas con otros, y habían ayuntamientos carnales de donde se seguía quedar muchas dellas preñadas, y si parían hembra, guardábanla, y si parían varón, luego era muerto […]
“Pasada aquella noche y la mañana venida, la reina Calafia, salida de la mar, armada ella y sus mujeres de aquellas armas de oro, sembradas todas de piedras muy preciosas que en la su ínsula California como las piedras del campo se hallaban, según la su gran abundancia, y puestas en las bestias fieras, guarnecidas como os dijimos, mandó abrir una puerta de la fusta donde los grifos venían […]



“Estando el rey Amadís y Esplandián armados, esperando la venida de Radiaro, sultán de Liquia, y de Calafia, reina de la California, no tardó que los vieron venir aparejados para la batalla […]



C A L A F I A
(Fernado Jordán-1955)

Poema premiado con  la flor natural, en los Juegos Florales de la Primavera, en el Territorio Sur, de la Baja California.


“Sabed -dice el poeta- que a la diestra mano de las Indias hubo una isla llamada California, muy llegada a la parte del Paraíso Terrenal, la cual, fue poblada de mujeres negras, sin que algún hombre entre ellas hubiese, que casi como las Amazonas era su manera de vivir... la ínsula en si la más fuerte de rocas y bravas peñas que en el mundo se hallaba; las armas eran todas de oro, y también las guarniciones de las bestias fieras, en que después de haberlas amansado, cabalgaban; que en toda la isla no había otro metal alguno. En esta isla de California vivía una reina Calafia llamada...
(Garci Rodríguez de Montalvo: Sergas de Esplandian – S. XVI  -1510)


C A L A F I A
(Fernando Jordán 1955)

A ti, conquistador
-habló el guaycura-,
que tienes la piel blanca,
el alma dura,



 una llama del sol en la rizada barba
y en la mirada
el odio y la ambición;


 

a ti, conquistador,
yo te ofrezco la tierra.

Quédate aquí, pues has venido.
Sí, en la persecución de una ilusión
el viento te ha traído,

no hubo escala mejor para tu nave
que el de mi tierra de ilusión.


¡Quédate aquí conquistador,
y dale un nombre!
Un nombre legendario, como el mito
que antes que tú la hallara.



Es la tierra del sol y del desierto,
de la ternura y el amor.
Quédate aquí conquistador,
que toda es tuya.

Tuya es la costa mágica
de perlas y de arena,
los bosques de cardones,
la sierra que se eleva
para mirar el mar,
las fuentes que recortan esmeraldas
sobre la tierra seca,
los valles donde el sol
duerme la siesta,
las islas de misterios y de peces
y las vetas;
estas vetas fundidas por el diablo
con el fuelle de Dios.


Tuyo todo es, conquistador
pues has venido.



 Las mil generaciones de mis padres
te esperaban
en las noches sin fin
y sin estrellas,
y es tan solo por ello
que en nombre de mi pueblo,
hoy te ofrezco la tierra.

El guaycura calló.


Y Cortes,
Que escuchaba,
Una mirada vaga dedicó a la tierra.
Los ojos entorno y abrazo de un vistazo
al indio,
al mar,
y al infinito.


Con los ojos resecos por la angustia
de la tierra sedienta
al indio respondió:

Nombre si te daré; no mi presencia.


Tu tierra un nuevo galardón
será para mi gloria.



La llamo California,
la del mito,
para ligar así con mi leyenda.




Más no puedo quedarme.



 Mi pasión y mi espada
mi arcabuz y mi alma
hanse quedado al sur,
con la Malintzin y con Guatimoc.



 Aquí no soy conquistador,
soy el descubridor...
y el conquistado.



 Levo anclas otra vez,
regreso al pueblo
cuya sangre
decoré mi escudo.



 Mi espíritu es guerrero...
y esta es tierra de paz,
indio,
¡tu tierra!

II
 
Hombre que marchas con la cruz
-pidió el guaycura-,
monje de la sotana,
misionero,
apóstol,
peregrino de Dios;
detente y salta el mar.




Te necesito.
Hace un millón de lunas
que abandonado estoy
perdido en los caminos
que siguiera la raza. 


Mis hermanos de ayer llegaron
a la tierra prometida
arrastrados por Tlaloc


 
y por Quetzalcoatl.


Yo solo estoy aquí
solo sin Dios,
sin esperanza,
sin sino y sin fortuna.




 Huitzilopochtli
(el de ellos)
me negó la enseñanza de la guerra;
Chac me oculto la lluvia,
no hubo dios de las mieses
ni una Xochitl de vino.


comida 

 Pero la tierra es buena,
es noble,
es tierna.
Te espera y nos espera.
Solo nos faltan guías
y una pizca de fe.



 

 Hombre de la sotana
¡salta la mar y ven!
Peregrino de Dios
¡te necesito!



El monje de la cruz oyó el llamado
y vino.
Hablo al indio de cerca,
cara a cara.



Por tu esperanza,

hijo de aborigen –dijo-
por tu amor a la tierra,
indio extraviado,
yo te daré la fe
la voluntad
la facultad de crear
y el anhelo de ser.



Ocupare tus brazos
y tu espíritu
te llevare conmigo
por playas y por tierras;
dejaremos jalones
en la tierra desierta
y plantaremos juntos
el ejemplo.



Habrá sombra
de Dios en las misiones
(asilos en la tierra calcinada)
sangre nueva  en el fruto de las vides,
carne dulce de trigo,
miel de dátil
y de aroma de jardines,



Te dejare una herencia,
creare tu tradición y otra leyenda;
de tierra generosa y misteriosa.
Ven conmigo, guaycura,
por un tiempo.


Te dejare después,
cuando tengas la fe y no extrañes
ni dioses
ni tutelas.


III
 
En este amanecer hablo la tierra misma.
Ya no hay guaycura que tome la palabra.
(pues murió en la espera)


 
La raza se ha perdido creando la nueva raza
y de indio y misionero solo quedan recuerdos.




Se han fundido los cuerpos
y el anhelo guaycura fue mezclado
a la ambición del blanco.

 

En el hombre moreno,
fustigado por guerras y tragedias,
quedo fija la idea
de aprovechar la entraña,
de perforar roca,
de engalanar los valles,
de encadenar los ríos
y levantar la vida.
¡Más faltaba la fuerza!
Por ello hablo la tierra.
Y dijo:


 
 Yo sufro, hombre de México.
Sufro del abandono y la pobreza,
de un triste olvido secular,
de estar tan sola y lejos.





Hace mucho llegó el conquistador
y más tarde la fe.



Uno me legó el nombre
y el hombre de la cruz la tradición...
mas luego solitaria me dejaron.

Quedo el color del indio
en la piel de los blancos.



 Nació el moreno de mi tierra;
tu hermano en las angustias de la Patria.
¡Mis hijos son los mismos, mexicano,
y mi rugosa superficie
un trozo de tu mapa!



 
 ¿Por qué olvidada estoy?
¿Por qué tan sola?
¡Basta ya de dolor y vana espera!
¡Quiero también la fuerza!
¡Quiero hacer realidad de mi promesa!
Quiero luchar contigo
brazo a brazo...
Dame una mano, hermano,
hombre de México.
Es tu mano en mi mano la que quiero,
un poco de tu fuerza
y una gota de sangre
que me mate la anemia.
Aquí esta la belleza
y la luz.
Tus ojos beberán paisaje tierno.
Aquí tienes mi piel prodiga y rica
esperando los granos;
aquí tienes el agua de mis venas,
mi estructura de plata, cobre y oro;
mis perlas legendarias,
mi entereza y mi fe;
mi mar de nácar con sus peces
y la repetición eterna del milagro
en la cena de Dios
y la del pueblo.






 Compartiré contigo mis oasis,
la tierra perfumada del sur,
llanura infinita
del algodón y el trigo,
los puertos de promesa
los huertos de la fruta;
y si después quieres la paz...
yo te la ofrezco en la asoleada Paz
de la bahía.



Oyóla el hombre
(el hijo de la Patria)
Acercase  a la playa


 
(a la otra playa);
distendió los pulmones
para abrazar de un grito los espacios
y respondió:




Tierra larga y lejana,
te he escuchado.


Ante tu angustia lloro ni egoísmo
por no haberte sentido;
rompo mi llanto
por no haber conocido
que la Patria es solo una
y tu cuerpo un pedazo de mi mapa.




 Di a tus hijos
¡oh tierra legendaria y olvidada!
que mis hermanos son
y estoy con ellos
Iré hacia ti por siempre
y no por ambición.





Ni soy conquistador ni conquistado.
¡Soy tu hermano, repito!
Soy tan solo la fuerza necesaria,
el apoyo que añoras
los brazos que me pides
el amor que te falta.


 

 ¡Di a tus hijos oh, tierra,
que mañana es la cita!
Que mañana es la cita
para cruzar de surcos
tu perfumada piel,
para beber el agua en las legumbres
y salpicar de copos la llanura.



Que mañana es la cita
para hacer realidad de tu esperanza
y trocar tu tristeza
en alegría.


 

 Que mañana es la cita...
¡y que mañana es hoy,
tierra promesa!




***



Pulque- la bebida de los dioses Aztecas


Pulque- la bebida de los dioses Aztecas

Esta bebida, muy apreciada en el imperio mexica, se obtiene de las pencas del maguey cuando la planta está madura. Para ello se le arranca la yema o corazón y sus paredes se raspan hasta lograr una cavidad, de la que, unos días después, manará el aguamiel de las pencas durante un periodo que va de tres a seis meses.

El tlachiquero es el encargado de la extraer el líquido por medio de succión con un acocote, dos o tres veces al día, y de depositarlo en una botija o pellejo (cuero de pulque), o en una castaña, anteriormente hecha de madera y en la actualidad de fibra de vidrio, para después vaciarlo en el tinacal, donde se fermenta. El aguamiel sin fermentar es un delicioso refresco, dulce y transparente. Una vez fermentado se convierte en octli o pulque, bebida embriagante que aún hoy en día se consume en muchos pueblos.

mexico

En la época prehispánica únicamente los señores principales o los ancianos, hombres y mujeres retirados ya de la vida activa (mayores de 52 años), podían consumirlo, y a los que iban a ser sacrificados en el templo de Huitzilopochtli se les permitía beberlo hasta embriagarse. También se administraba, ya fuera solo o combinado con diversas yerbas, a los enfermos y a las parturientas, pues se consideraba una eficaz medicina para aliviar los males más variados.

La embriaguez era un delito que se castigaba con severidad. A los infractores por primera vez se les trasquilaba públicamente; a los que reincidían se les derribaba su casa y se les impedía acceder a cualquier oficio honroso, y si no se enmendaban se les condenaba a morir ahorcados, golpeados o apedreados. Sin embargo, en ocasiones especiales, como en las fiestas de los dioses del vino, nos dice fray Bernardino de Sahagún, “no solamente los viejos y viejas bebían vino pulque; pero todos, mozos y mozas, niños y niñas, lo bebían hasta embriagarse”. 


alcohol


Con la Conquista, estas sanciones quedaron sin efecto, pero aun cuando las autoridades virreinales hicieron todo lo posible por acabar con el pulque, los intentos fracasaron. Lo más que pudieron hacer fue regular la instalación de pulquerías, de las cuales, por ejemplo, en la Ciudad de México podían establecerse hasta 36 para hombres y 12 para mujeres.

Los indígenas continuaron bebiéndolo no únicamente para embriagarse, sino también como complemento alimenticio, sustituto de la carne; efectivamente, hoy sabemos que el pulque contiene proteínas, hidratos de carbono y varias vitaminas. Inclusive, en varias regiones se convirtió en bebida de primera necesidad ante la escasez de agua. La utilidad económica producto del pulque fue incrementándose, y para la época del Porfiriato las haciendas pulqueras vivieron su momento de esplendor. El consumo del pulque se generalizó entre la población mestiza y las pulquerías se multiplicaron. Algunos viajeros de la época asentaron que en la Ciudad de México había casi una pulquería por calle.



Las pulquerías eran atractivos centros de reunión en donde, al son de la música de guitarra, de arpa y de otros instrumentos, los parroquianos podían bailar, jugar a la rayuela, a los dados y a la baraja española. Los nombres de las pulquerías eran por lo general muy pintorescos: “Las preocupaciones de Baco”, “Las buenas amistades”, “Salsipuedes”, o “El Porvenir”, que al ser clausurada y reabierta se llamó “Los recuerdos del porvenir”, y “El Apache”, que se convirtió en “La hija del apache”. En la calle de Donceles, en la Ciudad de México, frente a la Cámara de Diputados, sobrevivió varios años la llamada “El recreo de los de enfrente”, y famosa en Pachuca, en la empinada calle de Doria, se situaba la de “Al pasito pero llego”. Ante la cada vez más abundante concurrencia, era frecuente encontrarse con la inscripción “Vayan entrando, vayan pidiendo, vayan pagando, vayan saliendo”. 



Actualmente el cultivo del maguey ha sido sustituido por el de la cebada, que resulta más redituable económicamente, pues se utiliza para la elaboración de cerveza, cuyo consumo se ha generalizado. Muy probablemente, en el futuro ya no existirán las pulquerías, que pasarán a formar parte del colorido anecdotario de nuestra historia.


El maguey una viña del pasado


Además de adornar los campos con su singular belleza, la planta del maguey, cultivada en Hidalgo desde hace siglos, ha sido utilizada para varios fines. De este agave, enquistado en terreno árido y pedregoso, y casi sin agua, se han aprovechado, además del aguamiel y el pulque, las pencas para cubrir, a manera de tejas, las chozas campesinas; sus espinas han servido como agujas o clavos, y con su fibra se tejían las mantas, de diversas calidades, que los indígenas otomíes y mazahuas utilizaban para vestirse o como cobijas; también con ellas solían pagar sus tributos a los emperadores aztecas.



Cada vez más escaso, en la cocina también se ha aprovechado el maguey. Sus pencas se emplean para cubrir la barbacoa durante su cocimiento bajo tierra; su piel o “pellejo” para envolver los mixiotes, y qué decir de los gusanos que en ellos se crían y que son un exquisito bocado de la comida mexicana.




leyenda



Xóchitl era una hermosa joven tolteca de solo 16 años, un día su padre Papatzín le dijo que se preparara ya que irían a ver al rey tolteca, o sea, a Tepalcátzin; le llevarían una bebida que ella había inventado con la miel del maguey. 


comida

Al monarca le agradó tanto el regalo, que le suplicó al padre de la jóven que la dejará en su palacio para que le enseñara a las demás mujeres a preparar tan singular bebida.

Cuando Xóchitl estuvo en el palacio, el rey le manifestó su deseo de hacerla su esposa, ella accedió sin avisarle a sus padres su decisión. Xóchitl vivía en un hermoso lugar, rodeada de verdes magueyes, huizaches, garambullos y una variedad de rosales que prestaban al viento su delicioso perfume para aromar aquel huerto. 



Los padres de Xóchitl fueron a visitarla y le exigieron al rey que la nombrara su legítima esposa. El rey cumplió su promesa y al fin se casó con la joven.

Pasó el tiempo y de esa unión nació un hijo al que bautizaron con el nombre de Meconántin, que quiere decir “hijo del maguey”. La fiesta del bautizo estuvo llena de grandes manjares preparados con animales de caza de esa región y, por supuesto, de bebida se tomó la que Xochitl preparaba con el aguamiel y a la que llamaron pulque.

Cuando el hijo de Xóchitl creció, fue nombrado rey entre los toltecas y recibió el nombre de Topíltin; fue un gran gobernante y durante su reinado fue destruido el imperio de los toltecas.

IDENTIDADES EN CONFLICTO:

INDÍGENAS Y MISIONEROS EN

LA PENÍNSULA DE CALIFORNIA, 

1697-1769

Realizamos un breve acercamiento al conflicto suscitado en la península mexicana de California durante el siglo XVIII, producto de la interacción, por un lado, del proyecto evangelizador de la Compañía de Jesús y la población indígena, que se vio sometida a los modos de vida y conducta que este modelo trató de imponer. Auscultaremos la manera en que ambos esquemas culturales entraron en conflicto y los intentos por construir en esas lejanas tierras el ideal jesuita de la época: la ciudad de Dios en la tierra. Palabras clave: misión, California, identidad, resistencia

https://navegantecalifornio.files.wordpress.com/2015/07/e2ff0-008califonria4.png?w=1000

A fines del siglo XVII llegaron a Europa informes respecto al establecimiento de una colonia permanente en la provincia novohispana de Californias. Esta “isla”, escurridiza y esquiva, había representado para muchos un sitio imposible de conquistar y los fallidos intentos por ingresar en ella lo habían comprobado una y otra vez. Muchos aventureros, desde simples navegantes desconocidos hasta el mismo Hernán Cortés, conquistador del imperio mexica, habían intentado establecerse y controlar aquel territorio, con la esperanza de obtener prestigio y ganancias económicas, y habían fracasado.



Si bien una primera colonia, establecida por Cortés hacia 1535 no pudo nunca considerarse próspera, sobre todo ante la imposibilidad de cultivar aquel territorio desértico, y lo que es más, no logró siquiera las suficientes ganancias para cubrir los costos de la ardua empresa que había sido llegar hasta ahí, muchos pensaron que se obtendrían cuantiosas riquezas de los recursos que –al menos hasta entonces- se creía que California poseía, como: perlas y metales y piedras preciosas en abundancia; así como de su ubicación, en pleno Mar del Sur y en el trayecto que seguía cada año el Galeón de Manila en su ruta a la especiería de Oriente, es decir, una de las rutas comerciales más prósperas hasta ese momento, lo que costearía el su bastimento desde la contracosta.

Muchos habían sido los intentos por conquistar esta península. Desde su descubrimiento 1513 y durante los siguientes 150 años, aventureros, comerciantes y científicos se habían internado en las aguas del Mar del Sur con la esperanza de encontrar la mítica isla de California, mencionada en la literatura caballeresca de la época, siempre relacionada a sitios como El Dorado y las míticas Siete Ciudades de Cíbola y Quivira. Esperaban encontrar un reino, gobernado por la hermosa reina Calafia, poblado únicamente por mujeres, donde el oro abundaba de tal manera, que hasta los animales lucían ornamentos de dicho metal, así como perlas de tamaño considerable. Obras como Las sergas de Esplandián (1510) y El cantar de Roldán (siglo XI) daban cuenta de la existencia estos sitios de ensueño. Como vemos, este relato mítico trascendió a la esfera de la realidad, convirtiéndose en el motor de estas las expediciones.



Sin embargo, todos los que lograron arribar a California, dejaron atrás sus ilusiones al enfrentarse a la realidad: no era en absoluto el reino rico que esperaban. Todo lo contrario. Encontraron un sitio en medio de la nada, desértico, en el que sus habitantes parecían sacados de uno de esos libros fantásticos, tan comunes en la época, en estado salvaje, cazadores-recolectores seminómadas y sumamente hostiles. Aun así, siempre hubo alguien dispuesto a emprender tan ardua empresa, aun después de que se prohibieran todas las exploraciones. Y es que:
[…] el deseo de recompensar con grandes y extrañas noticias el desconsuelo que producían las desgracias de las empresas para su conquista, avivado por aquella satisfacción que causa la suspensión y admiración de los oyentes en quien se refiere haber sido testigo de vista de extrañas novedades, hizo que muchos logras en la ocasión de hacerse plausibles, amontonando fábulas al volver desairados de las expediciones.


Si bien abundaba la pesca de perlas, esta no era tan profusa como describían las crónicas y nunca fue lo suficientemente redituable como para sufragar los altos costos de viaje y permanencia en el lugar, por lo que todas estas expediciones, más temprano que tarde, terminaron en fracaso.


De ahí que desde fines del siglo XVI, cuando prácticamente se habían perdido las esperanzas de colonizar esta escurridiza “isla”, y los religiosos de la Compañía de Jesús solicitaron se les otorgara una oportunidad de arribar a California para beneficio de aquellas “pobres naciones”, las expediciones ya habían sido suspendidas hasta nuevo aviso. En esos años, el jesuita Juan María de Salvatierra envió a sus superiores una solicitud de entrada en la que manifestó:
[…] siempre he estado proponiendo el entrar a los indios mansos de San Ysidro y San Bruno en la California, y ninguno de los padres provinciales, antecesores de vuestra reverencia, me lo ha negado, sino diferido […] tampoco vuestra reverencia me ha negado el paso, sino diferido […]
Siguiendo los consejos del también jesuita Eusebio Francisco Kino, un alemán que había estado en California durante un año y medio en una de las muchas fallidas “entradas”, la del almirante Isidoro Atondo, cuyo uno de sus mayores méritos fue el establecimiento del poblado de San Bruno en el que, aunque a duras penas, los habitantes sobrevivieron, hasta que les fue imposible continuar, y una exploración exhaustiva de las costas peninsulares  del Mar del Sur, donde dio nombre a algunas bahías y playas. Sin embargo, la prolongada sequía, el desabasto de víveres y las dificultades para conseguirlos, dieron al traste con este proyecto, en el que Kino cumplía el papel, además de cosmógrafo, de misionero. A pesar de dicho contratiempo, en su mente persistió la idea de volver y más tarde influiría en Salvatierra para emprender juntos esta labor.


Más tarde se sumaron a esta iniciativa otros ignacianos, entre ellos José María  Piccolo y Juan de Ugarte, quienes pertenecieron a la primera “generación” de misioneros, mismos que sentaron las bases en que se construyó la identidad jesuita sobre la base del sistema misional, y la del indígena californio, con respecto a su peculiar papel en ese nuevo país que los extranjeros habían inventado, el que aunque aún era el suyo, ya no le pertenecía del todo, porque debía compartirlo con los forasteros, que no compartían su modo de vida.



Ahora bien, ¿cuáles fueron las motivaciones que llevaron a estos primeros misioneros a emprender la colonización?, ¿cómo concebían a los indígenas californios y cómo se modificó su percepción en las etapas posteriores al contacto?, ¿cómo era el californio en el imaginario europeo, y hasta qué punto esta concepción influyó en los jesuitas europeos que a lo largo del siglo XVIII deseaban y solicitaron “pasar” a California? Consideramos importante dar cuenta de estos procesos, dada su injerencia en los pobladores actuales de dicha península.



Encuentros y desencuentros
La conquista europea en América generó una serie de reacciones contradictorias. Más allá del archisabido y frecuentemente estudiado “encuentro de dos mundos”, existió un fuerte conflicto entre las partes implicadas, no sólo en cuestiones militares o políticas. Significó la creación de una nueva identidad, relacionada al contacto y la manera en que sus realidades se enfrentaron y convergieron. Tanto conquistadores como conquistados recibieron la influencia cultural del “otro”, lo que llevó a la conformación de un imaginario ajeno a los que lo complementaron. Por supuesto que este proceso no se desarrolló de la misma manera en todos los sitios donde se estableció el contacto; una multiplicidad de factores dio a cada región determinadas características que lo hicieron singular.



En el caso de la aculturación en Baja California, una combinación de factores, ambientales, económicos y culturales, contribuyeron a la conformación del “ser californiano”. En la península -como en otras partes donde se estableció contacto- este fue un proceso lento y complicado, lleno de contradicciones para los nativos. Por un lado, los misioneros estaban en su territorio para sacarlos de la ignorancia e integrarlos a la vida civilizada, como ellos mismos testimoniaron, al tiempo que su calidad de indígenas, con poca o nula capacidad de raciocinio les quitaba toda posibilidad de participar de la vida como un colono de misión cualquiera –ya no digamos tener algún puesto de responsabilidad- y les negaba la integración a la vida cotidiana de la misión.

Principios básicos: a la mayor gloria de Dios

El 27 de septiembre de 1540 se publicó la bula Regimini Militantis Ecclesiae, que decretaba la creación de una nueva orden religiosa, con un nombre peculiar: Compañía de Jesús. Su fundador, Ignacio de Loyola, era un ex militar lisiado que había “encontrado” a Dios en una época tardía de su vida, a raíz de una lesión en batalla que lo postró en cama varios meses y que lo dejaría con secuelas el resto de su vida. Aficionado a los libros de caballería, como muchos de sus contemporáneos, y poseedor de una fuerte tradición castrense, Loyola trasladó muchos códigos de conducta militar a esta orden en la que él era Padre General, y que, según sus principios fundacionales tenía como propósito: “la propagación de la fe mediante el ministerio de la palabra, los ejercicios espirituales y las obras de caridad”. El lema de Loyola, “a la mayor gloria de Dios”, sostenía que todo lo que una persona hiciere a lo largo de su vida, debía ser con el objetivo de la glorificación divina.


El pensamiento humanístico determinó muchos de los procedimientos de la orden en cuestiones relacionadas a la labor misional, porque permeó su manera de concebir este trabajo, y los grupos de personas con que debería alternar. Si bien compartían una visión del indígena similar a la de otras órdenes, para los misioneros el establecimiento y fructificación misional, en todos sus aspectos ­-económico, político y religioso­­- significaba la realización de la utopía cristiana, a saber, el establecimiento del reino de Dios en la tierra.


Esta utopía, tenía una clara relación con la Utopía de Tomás Moro, quien concibió un mundo perfecto, con un funcionamiento ideal, protegido de la maldad humana y con todas las posiblidades de florecimiento de la paz, el amor, la justicia y la belleza, un ámbito celeste y perfecto, alejadas de la imperfección humana, una “ciudad celeste”, o “ciudad de Dios”.




Predicar en el desierto: la resistencia indígena a la evangelización 

Dada la importancia que tenía la evangelización en las regiones más remotas del mundo, en el imaginario jesuita California representó la oportunidad de recrear el reino de Dios en la tierra. El desierto, como “morada del demonio”, era también un sitio de reflexión por tradición. Cómo olvidar el relato bíblico sobre los cuarenta días que Jesucristo pasó en el desierto, donde fue tentado por el demonio y salió airoso de dichas pruebas. Así, el desierto era presentado como sitio de prueba, donde existía la oportunidad de glorificar a dios, al tiempo que se mostraba la calidad personal de la fe. El Diccionario de autoridades define misión:
La salida, jornada o peregrinación que hacen los Religiosos y varones apostólicos, de pueblo en pueblo, o de provincia en provincia, predicando el Evangelio, para la conversión de los herejes y gentiles, o para la instrucción de los fieles y corrección y enmienda de los vicios. La tierra, provincia, o reino, en que predican los misioneros.
 

El término misión era utilizado no sólo como sinónimo de “encomienda” o “encargo”, sino que significaba además al territorio al que era asignado el misionero, el “eclesiástico que en tierra de infieles enseña y predica nuestra santa religión”, por lo que se deduce que la misma labor misional era considerada un trabajo arduo y peligroso, pero que redundaba en grandes recompensas, en tanto que se daba a conocer la palabra divina y se rescataban las almas de los infieles.

En el imaginario jesuita, la reducción de los “infieles” a la vida misional significaba la realización del reino de Dios en la tierra, lo que llevaría al clímax la máxima  de Loyola: a la mayor gloria de Dios. En un mundo hostil, lleno de desafíos, y en un territorio difícil en todos los campos, pasar la “prueba” aquí demostraba sin lugar a dudas que contaban con el apoyo divino, porque de no ser por ello, habrían fracasado, como todos los demás expedicionarios. Estos indígenas, los californios, vivían en un estado de perfección, en cuanto a la corrupción humana. Gracias a su casi total aislamiento e incultura, no habían asimilado las costumbres y prácticas de otras naciones americanas, como los mexicas, quienes estaban completamente dominados por el demonio. Si bien tenían un defecto: su completa ignorancia de los preceptos divinos los tenía por completo a merced del demonio, por lo que había que salvarlos, enseñándoles la doctrina. A los ojos jesuitas el indígena no dejaba de ser un niño al que se debía cuidar y educar. Sin embargo, “el odio infernal del demonio, principalmente se muestra y declara contra las iglesias donde la palabra de Dios se predica y se deshacen los embustes y marañas con que trae engañadas a estas gentes”, por lo que el inevitable choque cultural y el posterior conflicto fueron inevitables.

La mayoría de las fuentes documentales –muchas de ellas provenientes de la misma orden- destacan la adaptabilidad como una característica propia de la Compañía, la cual resulta esencial para comprender el éxito que tuvieron sus proyectos misionales. A diferencia de otras órdenes, que hacían lo imposible por imponer sus normas conductuales en sus neófitos y no permitían muestras de debilidad o reincidencia en los ya convertidos, ellos se adaptaron a los patrones culturales de los pueblos que estaban a su cargo. Así, muchos de ellos no tuvieron inconveniente en adoptar algunas costumbres o prácticas del lugar en el que estaban, lo que contribuyó a una mayor aceptación de su presencia.

Si bien la resistencia a la evangelización siempre estuvo presente, sobre todo entre la población mayor, que a diferencia de los jóvenes o niños, que eran fácilmente impresionables, los jesuitas lograron una mayor aceptación en la medida en que se mostraban más tolerantes con las costumbres de los nativos, aunque eso no impidió que expresaran severas críticas. Las crónicas de la orden están repletas de testimonios que hacen referencia a sus costumbres “idólatras”, que a menudo les causaban frustración, ante la aparente inutilidad de sus esfuerzos.


Las principales fuentes para el análisis de los procesos evangelizadores y culturales en Baja California son las crónicas escritas por viajeros y misioneros, que plasmaron en ellos sus impresiones de lo vivido durante su periodo misional o algunos más, como Francisco Javier Clavijero, que nunca estuvieron en la península, recuperaron los testimonios existentes y presentaron su propia interpretación de lo vivido en las misiones que, aunque representan un valioso testimonio de la vida cotidiana de los californios en la época del contacto, tienen una gran limitante, y es que la mayoría de estas crónicas fueron realizadas a fines del siglo XVIII, tras la publicación de la Pragmática Sanción, decreto de expulsión que desterró a todos los jesuitas de los terri torios español y portugués. Estos testimonios fueron recopilados en el exilio, con la doble intención de recuperar las memorias de los misioneros que estuvieron en el lugar, lo que exaltaba su labor misional y al mismo tiempo les permitió justificar su presencia en aquellas tierras, defenderse de las acusaciones realizadas contra la orden, relacionadas al acaparamiento de riquezas, la explotación de los indios bajo su cuidado, y en el caso de California, de controlar el acceso a los potenciales explotadores de los yacimientos perlíferos con el fin de beneficiarse de su usufructo, pretextando el cuidado de los indios de la influencia de extranjeros, que sólo los distraerían de sus labores dentro de la misión:
[…] falsos rumores esparcidos maliciosamente contra los jesuitas por sus enemigos, que no podían sufrir que un jesuita hubiera llevado al cabo aquella empresa que habían intentado en vano muchos hombres valerosos a tanta costa y con tan grande aparato de navíos, armas y gente; ni podían comprender cómo un hombre bien nacido, dotado de talento y adornado de conocimientos, quisiera espontáneamente privarse la compañía de sus caros hermanos, y de las comodidades y honores que podía disfrutar en su colegio, por ir a países remotos e incultos y llevar una vida congojosa entre los salvajes, sino animado de segura esperanza de enriquecer. Como el hombre animal, según dice san Pablo, no entiende las cosas del espíritu de Dios, no puede tampoco imaginarse que haya alguno capaz de sacrificar a la sola gloria divina todas las comodidades de la vida y todos los bienes del mundo. La California se había hecho famosa por la abundancia de sus perlas, cuya pesca había enriquecido no pocos; y aunque a todos era notorio el poco aprecio que los misioneros hacían de esta pesca, que no hacían por su cuenta ni permitían a los colonos sus dependientes […] los que no habrían tenido valor  para envidiar los trabajos, penalidades y peligros de los misioneros, envidiaban el capital de la misión.

Tomar en cuenta estos precedentes reviste suma importancia al adentrarse en el estudio de esta problemática, toda vez que el contexto histórico en que se escribieron resulta un factor determinante en las líneas discursivas.

Conquistar con las palabras. La originalidad del método jesuita

Ya hemos mencionado antes sobre los repetidos y fracasados intentos de conquistar California por parte de exploradores europeos, la mayoría españoles, quienes a pesar de sus esfuerzos no lograban establecerse en este territorio. Aunque de manera muy precaria y atravesando graves dificultades que ponían constantemente su subsistencia en peligro, los asentamientos jesuitas lograron mantenerse durante casi cien años. La estrategia ideada por Salvatierra pudo resolver la mayor parte de los problemas a los que se enfrentaban los anteriores intentos, teniendo a las misiones de la contracosta -Sinaloa y Sonora- como principales apoyos.

La estrategia misional jesuita pretendía una total dependencia indígena a la misión. Para ello la cuestión alimentaria resultó esencial, toda vez que una de las estrategias usadas por los misioneros era la de atraer a los indígenas obsequiándoles una ración de comida. Si bien el principal modo de subsistencia de los californios antes del establecimiento de las misiones dependía totalmente de la recolección, poco a poco los bastimentos obtenidos en la misión se hicieron indispensables. Y ya que la recepción del alimento era condicionada a la de la doctrina, el trabajo y la recepción de los sacramentos, esto resultó un método por demás efectivo, dado que obligó a los indígenas a integrarse al modo de vida de la misión. Hay que aclarar que los recursos siempre fueron limitados, y no es probable que hayan logrado siquiera saciar su hambre de manera aceptable, aún así, su dependencia en cuestión alimentaria es indudable.

El uso del idioma español era exclusivo de los misioneros y soldados que custodiaban la misión, lo que significó una eficaz forma de dominio, ya que hacía a los indios totalmente dependientes de los misioneros para todo tipo de cuestiones que implicaban un acercamiento a las autoridades civiles y militares. De esta forma, lograron un completo aislamiento y los hizo sumamente vulnerables ante los habitantes que arribaron a la península tras el extrañamiento de los jesuitas. No sólo el sistema de la misión, sino la concepción cristiana prohibía prácticas comunes entre los californios, como la poligamia, que por obvias razones fue prohibida. Todos estas cuestiones motivaron la rebelión de 1734, el intento más significativo de la historia misional por quitarse el yugo jesuita, que finalmente fue extinguida, junto con casi toda la población.

Mas llegó el año de 1734 (después de treinta y siete de haber entrado, haberse extendido y haber triunfado la fe en las Islas Californias) en que quiso Dios, para prueba de sus escogidos, castigo de los obstinados, ejercicio de los ministros evangélicos, desatar al demonio o darle tanta cadena que lo pareciese […] Mas todo lo permitió Dios para avivar más la fe, para aumentar más la esperanza, para ser más admirable su asistencia y para que se sintiera, viera y tocara su inmenso e infinito poder, y con esto el sumo cuidado, la singularísima atención, el especialísimo cariño con que mira por sus ministros evangélicos.


Enfrentamientos culturales

El resultado de los primeros acercamientos entre indígenas y misioneros fue el inevitable conflicto. Apenas habían arribado a la costa californiana cuando los indios atacaron el campamento, lo que en su informe a la Audiencia de Guadalajara en 1702, Francisco María Piccolo atribuyó a la influencia maligna:
El demonio […] hizo todos sus esfuerzos para dar al través con nuestra empresa, e impedir el buen suceso. Los pueblos a cuyas costas arribamos, no pudiendo ser informados del fin que nos llevaba, de sacarlos de las profundas tinieblas en que yacen sepultados, y de trabajar en su salvación eterna, porque no entendía nuestra lengua, ni había siquiera uno entre nosotros que entendiese la suya; imaginaron que íbamos a su tierra a despojarlos de la pesca de las perlas, como en tiempos antecedentes habían otros pretendido.

A pesar de su anhelo por evangelizar estos territorios, imperaba en Salvatierra y los primeros misioneros el imaginario occidental de la época que concebía a los indígenas americanos como “bárbaros” y “enemigos de nuestra santa fe”, lo que muestra que para los evangelizadores, el indio era, en el mejor de los casos, semejante a un niño, cuando no algo muy inferior, comparable con una bestia. A pesar de que todos los jesuitas que pasaron a California poseían un nivel educativo considerable, la gran mayoría aún conservaba la concepción medieval del nativo americano como un salvaje, incapaz de razonar por sí mismo, “indios sin ley, ni rey, ni asiento, sino que andan a manadas como fieras y salvajes”

El reino de Dios en California 



La evangelización americana en general tuvo como objetivo convertir a los indios a la fe católica, toda vez que se consideraba indispensable para la salvación de las almas. Los jesuitas, en su papel de evangelizadores de las remotas regiones fronterizas de la Nueva España –California y la Pimería en Sonora y las misiones del Paraguay en el sur del continente- sentían que el apoyo divino se hacía evidente en la medida en que sus reducciones tenían éxito. No importaban los padecimientos, las fatigas o los peligros a los que debían enfrentarse, partir a las misiones de indias significaba la forma ideal de mostrar su fe. Esto justificaba además su presencia en aquellas lejanas tierras. Más allá de esconder sus fines de dominación de recursos esta visión providencialista de la misión justificó el proyecto de una nueva organización social capitaneada por la orden, que era el sueño de las otras órdenes: formar en un punto alejado de la sociedad un mundo nuevo, en el cual instaurar los preceptos y prácticas de la primitiva religión cristiana.

La prosperidad de las misiones era garantía del apoyo divino en esta empresa, por lo que la instauración de la ciudad de Dios en la tierra no era sino una prueba más. En el caso de California, el hecho de triunfar donde otros habían fracasado, era una prueba más que fehaciente del apoyo divino. Los indígenas, sometidos a la do minación del demonio debían ser protegidos, de ahí la importancia de mantenerlos aislados de la corrupción proveniente del exterior.

Los californios, al ver invadidos sus territorios y a sí mismos obligados a adoptar pautas de comportamiento distintas a las que le eran habituales, respondieron al llamado de la supervivencia y trataron de resistir los intentos de los extranjeros, siendo la resistencia bélica la forma más socorrida. Los enfrentamientos armados ocurrieron desde los primeros días de presencia jesuita en la península, como lo relató Salvatierra:
[…] después de haber puesto el pie de paz entre estos bárbaros; después, entrando en ellos la codicia de nuestros bastimentos, trataron de acabar con nuestras vidas y destruirnos. Fuimos asaltados en un tiempo de cuatro naciones por cuatro lados de nuestra trinchera, y peleando desde mediodía hasta ponerse el sol, finalmente, con el favor de María, quedaron vencedores estos pobres conquistadores.

Estos ataques, y otros que se sucedieron hasta la rebelión de 1734, más que meros enfrentamientos por los víveres de los extranjeros muestran ser intentos por expulsar al enemigo de su territorio, y conservar sus modos de vida tradicionales. Otras formas de resistencia se hicieron manifiestas por parte principalmente de los ancianos y “hechiceros”, que resistieron, más que los jóvenes o niños la injerencia misional. La dominación de los grupos seminómadas del noroeste mexicano se vio permeado por las características de su modo de vida: eran evasivos y difíciles de someter a un sistema que les imponía permanecer en el mismo sitio. Como arma, el miedo resultó ser efectivo, por lo que no perdían oportunidad de mostrar el poderío de las armas de fuego y hacer alusiones a los horrores del infierno u otros castigos. Lamentablemente, las fuentes documentales sólo permiten un acercamiento parcial a los procesos de recepción por parte de los indios, toda vez que no poseemos testimonios directos.
Más tarde, sus esfuerzos por ser tomados en cuenta en la vida cotidiana de las misiones, que paulatinamente se habían extendido por la península, producían mayores conflictos, toda vez que, aunque no se les permitía seguir reproduciendo su vida y creencias anteriores, tampoco podían integrarse a las nuevas poblaciones.



Reflexiones finales

El proceso de conquista de la península de California, como en otros sitios del Nuevo Mundo generó una serie de conflictos y sinsabores entre las partes implicadas, toda vez que en el estira y afloja se vieron implicados sus referentes culturales e identitarios, siendo los subordinados los principales afectados. El conflicto generado en California terminó por extinguir totalmente a la población indígena, que paulatinamente perdió aquellas características que le otorgaron originalidad. La creación de la ciudad divina se vio frustrada al hacerse manifiesto de que ese reino perfecto imaginado por los primeros misioneros no era tal.


Notas:
El virreinato de la Nueva España, el de mayor extensión de los territorios españoles de Ultramar, estaba conformado por las provincias de México, Yucatán, Nueva Galicia, Nueva Vizcaya, Nuevo Reino de León y Nueva Extremadura, que comprendía los territorios más septentrionales del virreinato, entre ellos California. Esta división se mantuvo hasta bien entrado el siglo XVIII, cuando las Reformas Borbónicas modificaron sustancialmente la demarcación territorial, quedando California bajo supervisión directa del virrey, aunque esto no modificó prácticamente en nada el estado de casi total marginación que siempre caracterizó a la península, mismo que se prolongó hasta bien entrado el siglo XX.

El viajero universal…: 18.

La pesca de perlas propició durante la época colonial centenares de expediciones a lo largo del continente dando paso a la creación de centros urbanos en los sitios de explotación, como ha sido el caso de Venezuela y, por supuesto, California. Las perlas californianas se han considerado desde siempre entre las más valiosas. Las descripciones geográficas de la península incluyeron siempre referencias a la abundancia de perlas: “en toda la costa, y en especial en las islas adyacentes, dice el padre Piccolo, hay tantos placeres que se pueden contar por millares; y esta copia de perlas es la que ha hecho célebre en el mundo a la California, y el blanco por casi dos siglos de los deseos humanos, por cuyo tesoro han emprendido tantos su descubrimiento, y han visitado sus playas y las visitan continuamente sin más fin que el de las perlas”, El viajero universal…: 36.

Perla Jaimes Navarro

 

Noticias de la California 1733(?) … 

Animales domesticos y fieras, plantas,

arboles y el Maná de Baja California


 

Esta Historia es un extracto del Libro NOTICIAS DE LA CALIFORNIA el texto lo capture tal y como viene escrito en el texto original la letra (S) esta sustituida por una (F) como esta originalmente en el escrito antiguo de 1733.


 

Hallafe en la California cafi todas todas las efpecies de animales domefticos, que sirven al ufo común en Efpaña, y en Mexico; pues aunque no los encotraron ellas los miffioneros, los tranfportaron defpues de la cofta de Nueva-Efpaña, y en la California han probado muy bien caballo, Mulas, Jumentos, Bueyes, toda efcie de ganado Cabrio, de lana, y de Cerda, y últimamente Perros, y Gato. En la California fe hallan dos efpecies de montería, que no fe conocen en la antigua, ni en la Nueva-Efpaña. La primera es la que los californios, en la lengua Monqui, llaman taye. Efte es una animal de la corpulencia de un ternero de año y medio, muy parecido a el en la figura: la cabeza es femejante a la de los venados; las haftas extraordinariamente grueffas, pero parecidas a las del Carnero: la pefuña grande, redonada y hendida, como la de los bueyes: el pelo como Venado, pero mas corto, y algo manchado: la cola pequeña, y la carne fabrosa, y regalada. La fegunda efpecie diftingue en poco del carnero manfo, aunque es mucho mas corpulento, y crecido. De efta especia hay de dos colores, blancos y negros, y todos muy lanudos, fiendo la lana muy a propofito para hilar, y texer: la carne es agradable al paladar, y andan en manadas por los montes.


 

Tambien fe encuentran Venados, Liebres, Conejos, y Verrendos, que no dexan de abundar, aunque los Indios matan muchos en fus cacerias. Tampoco fon raros los Coyotes; nombre tomado de la Lengua Mexicana, con que en Nueva-Efpaña apellidan a cierta efpecie de Perros montefes, que pueden equivaler a las Zorras, y Vulpejas de Efpaña; pues en los Coyotes fe hallan las mifmas aftucias, y habilidades, que se cuentan de las Zorras, aunque no fon paredos a ellos en fu figura. Hanfe vifto también algunos Leopardos, que fon los que en el Reyno de Mexico llaman Leones. Pocos años ha mataron los indios un Lobo, y affeguraron, que jamas hvian vifto femejante animal; lo que prueba, que fon pocos, andando los indios continuamente en los montes. Frecuentemente fe hallan Cabras, Gatos, y Puercos montefes en las serranías. El Padre Torquemada (28) efcribe, que en el Puerto de Mone-Rey fe hallaron Oftros muy grandes: otros animales femejantes a los que llaman Antas; y otros, cuya defcripcion es la mifma, que la que hemos dado de los Tayes, fuera de algunas cortas diferencias, porque dice, que fon tan grandes como novillos, y la hechura como de Ciervo: el pelo como de Pelicanos y largo de una qarta: el cuello, y el pefcuezo largo: en la ceza unas haftas muy grandes como de ciervo; y la cola de una vara de largo, y media de ancho; y las patas como de Buey hendidas. El mifmo Padre refiere, que en la Bahia de San Bernabe, junto al Cabo de S. Lucas, fe encontraron Tygres, y que los indios, entre otras cofas, traxeron a los efpañoles pieles de eftos animales.

https://navegantecalifornio.files.wordpress.com/2015/07/e2ff0-008califonria4.png?w=1000 


Ultimamente, lo mas raro, que en efta materia fe ha encontrado en la California, es un efpecie de animales muy femejantes a los caftores, fi ya no lo fon. Hallolos año 1733 el Padre Sigifmundo Taraval en fu viage a las Islas de los Dolores, en un parage, que llamo San Andres, diftante quatro jornadas, y media de la Mision de San Ignacio. Defcubriernse tantos juntos, que mataron los de la comitiva mas de veinte, perfiguiendolos folo con palos, y el Padre embio a Mexico algunas pieles, Supone, que eftos animales fon amphibios, como los caftores, pero no dice, fi hallaron en ellos la rara qualidad de Architectos, labrando fus cafas, y viviendas fobre los Rios, con las maravillosas precauciones, providencia, y gobierno, que fe observa en los caftores de la Canada.


 


De Infectos terreftres hay los generos comunes, y mas aquellos, que fueles abundar en tierras calientes, como fon Vivoras, culebras de varias efpecies, Samanquefas, efcorpiones, alacranes, arañas, Cien-Pies, Grillos, Hormigas, Lagartos, Lagartijas,; y una de las relaciones añade las Tarantulas; pero fin advertir, fi la mordedura caufa aquella enfermedad rabiofamente alegre, que las Tarantlas de la Calabria, que obligan al que se halla tocado fu veveno a baylar, fin fofsiego, entre fuertes convulfiones, hafta exhalar el alma, o hafta que se temple su furos con ciertos tonos de música, (29) Ultimamente, aunque el temple de California fea ardiente por lo general, no fe experimenta aun en la playas húmedas la molestia de infectos, que persiguen a los racionales, y a los brutos, como Pulgas, Chinches, Niguas y otros, ya comanes, ya propos de la America.


 


Entre las aves es mayor la variedad. De las que Firmen para el fuftento, se hallan Tortolas, Garzas, Codornices, Faysanes, Perdices, Ganfos, Patos, Anades, y Palomas torcaces. Tampoco faltan aves de rapiña como Gaviles, Buytres, Alcones, Mochuelos, Quebranta-Hueffos, y otras, a que fe añaden los Cuervos, y Grajos, que en Nueva-Efpaña, con vocablo Mexicano, llaman Zopilotes, y otros, que llaman Auras. De la Aves Nocturnas hay Buhos, y otros muchos pajaros peque;os, no viftos en otras partes, ni mencionados por por los naturalftas, pero de los quales no dan Relaciones el nombre, ni la descripción. Entre las aves cantoras se cuentan cafi todas las efpecies de la antigua, y Nueva-Efpaña, como son algunos ruiseñores, y aunque raros, CFalandrias, Gorriones, Triguerillos, Tortolas, Cofontles, y otras femejantes, veftidas de plumas de varios colores. E P. Torquemada dice,, Que en puerto de Monte-Rey hay Abutardas, Pavos Reales, Patos, Gorriones, Golondrinas, Anfares, Ganfos, Tortolas, Tordos, Sirgueros, y Cardenales, Codornices, Perdices, Zorzales, Aguanives, Grullas, y Buytres, y otros pajaros de hechura de gallinas de las Indias, que fueron las mayores, que fe tuvieron en el Viage (Del General Vizcaino) que de una ala a la otra tenían diez y fiete palmos. Añade: que hay Zarapicos, Gaviotas, Cuervos, y otras muchas Aves marítimas.




El mfmo Autor dice, que en la isla de la Affuncion se hallaron muchos alcatraces, cuyas calidades, pues también fe ven en varios parages, de la California, Fera bien decir, fegun las defcribe Fray Antonio de la Affuncion, a quien copia con eftas palabras: El fustento (dice) de los alcatraces es de sardinas, y otros peces de menor quantia. Son eftas aves, a modo de ganfos muy grandes,: el pico es de mas de una tercia, y las piernas fon largas como de Cigüeña, y la hechura del pico y patas como de Ganfo tienen eftos animales, o pajaros un grandifsimo buche, que en algunos cabe cafi una botija Perulera de agu, y enel recogen, como en una bolfa, lo que marifcan, para traerloa fus hijos, y lo echan en el fuelo unido, como quien vomita, para que fus hijos se fustenten: Son entre si aves muy socorridas, y fe ayudan unas a otras, como si tuvieran ufo de razón: porque si alguna de ellas efta enferma, coja, o manca, y que no puede bufcar fu fuftento, las demás se lo traen alli, y se lo ponen delante: y efto lo vio por experiencia en la Isla de San Roque, donde yo halle atado un alcatraz con un cordel delgado, y quebrada la una ala, y alrededor de el muchos montones, de sardinas muy buenas , y grandes, que los demás fus compañeros le havian traido para fu fuftento, y era ardid, que ufaban los Indios para tener ellos que comer: porque enviendo, que los demás Alcatraces habían traido abundancia de fuftento, ellos que estaban en zelada, acudían de improvifo, y espantaban a los que acompañaban al prefo, y fe enfeñoreaban de la prefa. Secretos del Cielo, Para Fuftento del Hombre ¡
Afsi como el temple, y calidades de la tierra no es uniforme en la California, afsi tampoco los es en la producción de los Arboles y Plantas. La punta de la península, azia el Cabo San Lucas, es tierra mas llana, fértil y templada, que todo lo demás, y afsi efta mas vertida de Arboledas. En lo rftante hfta las ultimas Misiones por el lado de la Cofta Oriental, no fe ha hallado hafta ahora madera a propofito para hacer vigas con que techar: y si hay algunas iglefias, y piezas techadas con vigas, Fe han llevado por mar desde Cinaloa, Solo en el territorio de Guadalupe fe hallan los Guaribos, de que se formo la Balandrta El Triumpho de la Cruz, para el defcubrimiento del Golfo, que refremos defpues. Bien en la Bahia de la Magdalena, en la Cofta exterior, fegun, el Padre Torquemada, copiando al Padre Afcencion, Fe hallo uno muy grande corral. Hecho en la Mar, de cafi media legua, todo con vigas gruefas, que los indios tenían para fus pefquerias, Las Sierras en todoefte largo trecho, o eftan del todo desnudas de cofa verde, como la sierra Pintata, o quando mas, se viften de matorrales pequeños, de Xaras, Zarzas, Mangles, Mezquites, y otras efpecies de Arboles poco crecidos, y de muchos Frutales Fylvestres: unos fe hallan en Europa, otros propios de la America. Eftos abundan mas en las coftas, que participan mayor humedad, y en las caxas de los arroyos, donde también fe ven Juncos, Mimbres, y Carrizos, afsi como en las Charcas y pantanos, en que fuelen fumirfe los mismos arroyos y las aguas de las lluvias. Tambien Fuelen hallarfe en las Playas, y en las quebradas de los Montes angunos Sauces, y Palmas, efpecialmente azia el Cabo de San Lucas.




Pero entre los Arbolillos, y Plantass, que mas abundan, deben tener el primer lugar las Pita-hayas, cuyo fruto es l aprincipal cofecha de los Californios. Efte Arbol es peregrino en Europa, y peregrino tambiuen entre los los demás Arboles del Mundo: fus ramas fon a manera de Sirios hiftriados, que falen derechos a lo alto desde fu tronco, de fuerte que hacen fu copa muy viftofa: no llevan hoja alguna, y en ellas mfmas ramas nace pegada fu fruta. Efta en su corteza con efpinas, fe parece a algo a los Herizos de la Juna, y en la carne a la de los higos, aunque es mas blanda, y delicada<: en unas es muy blanca, en otras colorada, en otras amarilla, y fiempre muy fabrosa. Unas Fon del todo dulces, otras agridulces: y fiendo la Pita-haya muy jugofa, abunda mas, y es mas fabrofo fu fruto en los terrenos fecos: pero fu mas eftimable calidad es fer remedio conocido contra el mal de Loanda. Poco menos frequentes fon en la California las junas Coloradas, que en Nueva-España llaman Junas Japones: llamanfe Junta en Mexico las que en España fe llaman Higueras de Pala, o Higueras de Indias. Dice el Padre Afcenfion: Que en la Bahia de San Bernabe hay arboles, Higueras, Brezos, Pita-hayas, Lantifcos, e infinidades de Ciruelos, los quales echan, en lugar de refina, o goma, incienfo en gran cantidad, y muy fino, y oloroso. La Ciruelas (dice) no las que vi, que tales fueffen en el golfo, porque eftaban pequeñas, y verdes: dicen los que eftuvieron en las Californias, fon muf fabroasas, y de buen gufto. En efecto No folo en dicha Bahia, Fino en otras muchas prtes de la coftaexterior, abunda mucho esta linaje de Ciruelos, a quien los Philipnos, que los han vfto, llaman Palo Santo, cuya fruta recogen los Indios. El incienfo, y copal, que fudan eftos, y otros Arboles, es en tanta abundancia, que fuple, mezclado con cebo, la falta de brea, para carenar los barcos. Tambien fe encuentran aun en los Cerros, y Montes los Mezcales: y fegun Torquemada, los Magueyes, de cuyas raices componen lel Mexcalli dulce, formado de fus raíces cocidas, conque regalaron a los Efnañoles en la Bahia de San Francisco, como también parras sylvesftres. Las yerbas, y plantas menores fon de muchas efpecies, Hallanfe Pitas cuyo hilo facan, y de el forman los indios redes para pefcar, y para otros ufos. De otras yerbas diferentes labran también, con notable curiofidad, cierta efpecie de tazas, y ampollas para comer y beber. Los que habitan las márgenes del Rio Colorado, fabrican de las mifmas yerbas ciertas bates. Que llaman coritas, tan grandes, que caben dos fanegas de maíz, y en ellas paffan de una orilla a otra fus frutos, fin tocarlos el agua, yendo elos nadando, y empujado las bateas. Otras yerbas les fifven para fuftento, ya en fus femillas, ya en fus raíces: tres fon las principales, ya que también son frequentes en la Nueva-Efpaña. La primera es la yuca, de cuyas raíces hacen su pan quotidiano: la fegunda es de los camotes, muy dulces, y fabrofos: la tercera es de las gicamas, mejores en el gufto, que las de Mexico, aunque menores en el tamaño. De otras muchas otras yerbas, y raíces fe aprovechan, y apenas hay alguna, de que no hagan algún ufo. El Francifco Maria Picolo, uno de los primeros Conquistadores, refiere, (30) que tienen hafta mas de catorce generos de femillas, de que se aprovechan, aunque folo nombra tres: Frixoles colorados, Cañamones, y Alpifte.
 


A eftos Arboles, y Plantas Fe añaden las que los Mifioneros han trafplantado de la Tierra-Firme, de las quales las mas han probado bien, efpecialmente donde pueden ser ayudadas del riego. Sfi fe ven en las orillas de los arroyos, zanja y regaderas, algunos olivos, Hihueras, y Parras: eftas en tal qual parage fe han multiplicado hafta exprimirle algún vino, que ha falido tan generoso, como los mejores de Europa. El Padre Juan de Ugarte, de quie fe hara defpues veces mención, hizo conducir cfi todas las efpecies Frutales, que fe hallan en Nueva-Efpaña: plantolos en una huerta de terreno a propósito, y de riego, en el parage de San Miguel, y todos fe confervan. Lo mismo ha fucedido con las fementeras de Trigo, Maiz, Frixol, Sandias, Melones, Calabazas, Garbanzos, y todo genero de hortalizas, en los parages, en que fe han podido fembrar, y cultivar. Por ultimo, es precifo volver a advertir, que en las tierras todavía no reducidas, clavadas entre el Rio Colorado, y las coftas de Monte-Rey, hfta el Cabo Mendozino, hay grande abundancia de maderas grueffas, Carafcas, Pinos, y Alamos Blancos, y Negros, fegun los teftimonios de los Padres Kino y F. Juan de Torquemada.
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De Minerales no fe ha hecho exacta averiguación: pero fesun el parecer de algunos Inteligentes, en agunos parages, como en la Sierra Pintada, hay todas las señales de Minerales de Plta y Oro. El Capitan Woodes Rogers efcribe: que algunos de los Marineros le dixeron, haver vifto en la cfta de la California agunas piedras pefadas, y brillantes, que fofpchaban fer dealgun Mineral: pero esto fue ya tarde, quando no pudo llevar alguna de ellas a bordo para examinarlas despacio. No fera de extrañar, que fean muchos, y muy abundantes los mineros en la Califonia, quando en la cofta opuesta en las provincias de Sonora, y pimeria fon tantos como fe fabe, y tan ricos como fe ve, entre otros, en el Real de Arizona, y como fe vio aun mejor por los años de 1730. En el defcubrimiento de una motaña de la pimeria, no lexos de efte Real, que apoca diligencia dio tanta plata, que admiro a toda Nueva-España, dudafe , fi era mina, o fi era depofitos de theforos efcondios. Tampoco fe han reconocido algunas, que parecen vetas de otros metales. Hallndofe sal de Roca muy blanca, que remeda al ciftal, de que fe han llevado muftras a Mexico.




Ya que la tierra de la California es poco fértil de frutos, Fuple el mar la falta de bftiemtos con los muchos pefcados, que ofrecen entrambas, Coftas: en una , y otra es increíble fu muchedumbre, y fu variedad. Hablando de la Bahia de San Lucas, dice Fray Antonio de la Afcenfion: Con los Chinchorros, y redes, que cada Navio llevaba, cogieron muchos pefcado de efpecies muy diferentes, y todo muy fabroso, y fano. Y porque fe fepa que efpecies havia, defpues dire las que yo vi: cogieronse Chernas, Pargos, Meros, Cornudas, Cazones, Tiburones, Mantas, Licas, Salmones, Atrenes, Efmeragles,Sardinas, Oftiones, Rayas, Chuchos, Cavallas, Roncadores, Barberos, Bonitos, Purecos, Lenguados, Sirgueros, Lagartijas, y Oftiones de Perlas y hablando de la Bahia de San Francisco en la cofta occidental, dice: hay mucha abundancia de pefcado, que con un chinchorro, que llevaba la Almiranta, cada dia fe pefcaba mucho mas, de el que la gente podía comer, ni aprovechar. De muchos generos de pefcado fe cogieron, como fueron, Centollas, Langftas, Cazones, Sargos, Pargos, Viejas, Cavallas, Roncadores, Bacallaos, Guitarras, Barberos, Puercos, Rayas y Educhos. De otras partes quenta la muchedumbre innumerable de sardinas, que folian quedar en la arena al tiempo de la refaca del Mar: y tan regaladas, que ni en Laredo de Efpaña, (donde entonces era grande, y celebrada efta pefca, que oy con suma utilidad vuelve a fomentarfe) Ferian mas Fabrosas.




Por aquí puede conocerfe bien la abundancia de pfcado en toda la cofta exterior, En la interior no es menos abundante toda fuerte de pefcados: en efta añade El Padre Piccolo a las efpecies refreidas las Almejas, y Atunes, Anchobas, Panpanos, y otros, que no nombra.




Aun en los cortos Rios de la Peninsula fe hallan Barbos, y Camarones,: pero los mas notables pezez de uno, y otro Mar fon las Ballenas, que dieron motivo a los antiguos Cofmographos a llamra Punta de las Ballenas a la Califonia, y las quales aun oy dan su nombre a una Canal en el Golfo, y a una Enfenada en el Mar del Sur, por las muchas que frecuentaban ambos parages.




Defpues de los Pezez fe figuen los Amphios y Tftaceos. De amphibios fe encuentran pocos fuera de los caftores ya citados, fi eston lo fon, y de los Lobos Marinos, eftos acuden en mucho numero a algunas playas, y a las Islas defiertas de uno y otro Mar. Entre los Teftaceos hay Galapagos, Tortugas y muchedumbre de Caracoles de varios generos, y de otras conchas menores, que arrojadas del Mar ya secas, inundan en pargaes las playas.




En la cofta exterior fe hallan unas Conchas, proprias de ellas, acfo la mas hermosas del Orbe: porque fu lustre ordinario, que es mayor y mas vivo, que e; del mas fino nacar, efta empañado, y cubierto de un zelage de azul vivifsimo, y apacible, tan fino como el de el Lapilazuli: efte es como una telilla delgadifsima , o como un barniz fobrepuefto, y tranfparente, por entre el cual brilla, y sobrefale lo plateado del fondo. De eftas fe dice, que fi fueran ufuales en Europa, quitaran la eftimacion al nacar. Son eftas unas conchas fencillas, que no tienen otra que las tape, a difticion las conchas, en que fe crian las perlas, las quales fon dobles, firviendo una de fondo y otra de tapa. Ni fantan tampoco de eftas ultimas, llamadas Madre-Perlas, en la California: antes bien en toda las Cofta, y en efcial en las islas adyacentes (dice elPadre Piccolo) hay tantos paceres, que fe pueden contar por millares: y efta copia de perlas es la que ha hecho celebre en el Mundo a la California, y eol blanco, por cafi dos siglos, de los defeos humanos, por cuyo teforo han emprendido tas fu decubrimiento, y han vifitados sus playas, y las vifitan continumante fin mas fin, que el de las perlas. Placeres llaman a aquellos parages, donde hay muchas de aquellas conchas juntas, llamadas vulgarmente Hoftias, donde fe cuxan las perlas. El mar de California, dice el Padre Torquemada, es un Mar de Grandifsima pefqueria de perlas, donde a tres o quatro brazas de agua, fe ven las hoftias de las perlas tan claras, como fi eftivueran sobre la fuperfiecie de el agua. Añade: que los indios echaban en el fuego las hoftias, y quemaban, o toftaban las perlas, aprovechandofe de la carne fola. Pero ya la codicia agena ha pegado fu llama también en aquellos fencillos corazones, y fe hacen fuerza a apreciar, y guardar lo que han vifto eftimar a los forafteros.


 


El modo de hacer efta pefqueria es por medio de Buzos, que las facan del fondo del Mar, y como efte regularmente no es grande en el Golfo, fe hace efta pefqueria con menos trabajo, que el que tienen en las coftas del Malavar, y otras de la Indiua Oriental, Fegun le defcriben las Relaciones, y Viageros, que efcriben de ellas. A efta pefqueria acuden muchos del Continente de la Nueva-Efpaña, de las Coftas de la Nueva Galicia, Culiacan, Sinaloa y Sonora, y las violencias, en que a muchos precipita la codicia, ha dado lugar a las quexas reciprocas, que duraran mietras dure efta fecunda raíz de todos los males del Mundo.


 ..


Ultimamente, el Pdre Piccolo efcribe, que los mefes de Abril, Mayo y Junio, cae con el rocio un efpecie de Maná, que se quaxa en las hojas de los arbolillos, añade, que lo gufto, y aunque menos blanco que el azúcar, no es menos dulce que el.


 


El padre habla fegun la opinion del vulgo, que cree, que el Maná cae del Cielo. Ya los Botanicos convienen que efte es un jugo, que arrojan de fu fondo las plantas, no menos que gomas, incifo, copal balfamos, reffinas y no es extraño, que las plantas de California produzcan Maná, pues las de Efpaña también le producen con abundancia prodogiofa en muchos parages, tal, y tan bueno, para los ufos Medicos, como el de la Calabria, y Sicilia.


 
Era poco conocido en Efpaña efte fruto; mas ya el Rey N.S. por mano del excelentísimo Señor Marquez de la Enfenada, y a reprefentacion de la Real Academia Medica Matritenfe, mando falir a dos hábiles Mienbros de ella, Don Joseph Minuart, y Don Chriftoval Velez, (32) año 1752 , a reconocer la producción del Maná, aquel en las Sierras de Avila, y efte en los Pedroches de Cordova, y que fe examinaffen fus virtudes en el Hospital General de la Corte. Hafe reconocido, que Efpaña folo puede abaftecer de Maná a lo reftante del Mundo; pues no folo fe puede recoger increíble cantidad en los citados parages, donde se cria en los mefes de la Canicula; fino también en las montañas de Afturias, y Galicia, Sierras de Cuenca, Montes de Aragon, Cataluña, y donde hasta ahora apenas ha tenido otro ufo, que el que hacen de el para fuavifsimos Panales las abejas.


 


(32) Don Chriftoval Velez, Murio efte en Madrid con gran perdida de la Botanica Efpañola en 31 de Abril de 1753. Era natural de Caftillejo, Lugar cercano a la ciudad de Cuenca, digno de mas larga vida, y de grandes elogios por fus virtudes morales, y por fus grandes conocimientos, y experiencias en todas las partes de la Hiftoria Natural, como conffian los Sabios de varias Naciones, que bufcaron fu correfpondencia.









LA PAZ, BAJA CALIFORNIA SUR, MEXICO
 
 
LA PAZ, BAJA CALIFORNIA SUR, MEXICO














BAJA CALIFORNIA SUR:

NATURALEZA, HISTORIA,

TRADICIÓN Y CULTURA


GEOGRAFÍA
El área total de Baja California Sur es de 73,475 km. cuadrados,
limita al norte con el Estado de Baja California, al este con el golfo
de California y al oeste y sur con el océano Pacífico.
Actualmente se divide en cinco municipios:
Mulegé, Comondú, La Paz, Los Cabos y Loreto.

El Estado de Baja California Sur se sitúa en las latitudes de
los grandes desiertos del mundo, por lo que las precipitaciones
pluviales al año son escasas a nulas. La principal fuente de abastecimiento
de agua la constituyen los mantos acuíferos formados a través
de cientos de miles de años.

El hecho de ser atravesado por una serranía, determina que
se presenten diversos tipos de climas entre la costa del Pacífico
y del golfo de California lo constituyen las corrientes
Marítimas que se mueven por ambas costas. La temperatura media
anual varía entre los 25 grados celsius en el sur y los 20 grados celsius
en el norte. La máxima alcanza hasta los 45 grados celsius en algunas
regiones del centro del Estado.

En el Estado se localizan cinco diferentes tipos de vegetación: 
  1. I) Matorral crasicaule, Mc. Determinado por grandes cactáceas
  2. de tallos carnosos cilíndricos o aplanados como son los cardonales, 
  3. as nopaleras y los biznagueros. Se localiza desde el litoral del
  4. océano Pacífico hasta la vertiente occidental de la sierra de La Giganta
  5. y abarca una región muy extensa en el Estado, desde el paralelo 28
  6. hasta el 24. Este tipo de vegetación se encuentra relacionada
  7. con la zona que presenta menor precipitación en el Estado. 

2) Selva baja caducifolia, Sbc. Determinada por árboles de menos de quince
metros de altura, donde todos, o la mayoría de ellos, pierden sus hojas
en época de secas y, por lo general, se encuentran en suelos profundos que
tienen un  drenaje deficiente. Se  localizan en toda lavertiente oriental
del Estado, la cual presenta mayor precipitación que la occidental, desde los
28 grados hasta los 24 grados de latitud norte y, a partir de ahí, abarca la
mayor parte de laregión de Los Cabos, excepto al extremo oriental
y las sierras de La Laguna, San Lorenzo y San Lázaro.
También de las islas del golfo de California y las islas
anta Magdalena, Santa Margarita y Creciente,
en el océano Pacífico.

3) Mezquital, Mz. Determinado por agrupaciones arbóreas o arbustivas
espinosas, de hojas pequeñas, constituidas principalmente por mezquites
que son indicadores de mantos acuíferos y que corresponden a zonas áridas
y subáridas. Se localiza al oriente de la región de Los Cabos.

4) Bosque de pino-encino, Bpe. Constituido por comunidades
arbóreas de pinos encinos en proporciones variables. Corresponden
a zonas de climas templado o semifrío y sobre suelos poco profundos.
Se localiza en las partes altas de las sierras de La Laguna y San Lorenzo
en donde la precipitación sobrepasa los 600 mm anuales.

5) Manglar, Ma. Constituido por vegetación arbórea de aguas
salinas de los esteros, desembocaduras de arroyos y lugares
cercanos al litoral. Las especies más importantes son el mangle rojo
(Rhizophora mangie) y el mangle negro (Avicennia genninans), los cuales
se localizan a lo largo de toda la costa oriental del Estado, mientras que
en las costas del Pacífico el límite septentrional del mangle rojo es hasta
la laguna de San Ignacio y del mangle negro es únicamente hasta la
bahía de Magdalena.

Fuente: ROBLES GIL, Sandra,
Estudio Geográfico de Baja California Sur,
FONAPAS, 1983.

SIGNIFICADO DE SU NOMBRE

De acuerdo a la tesis del investigador norteamericano Edward Everett Hale,
California es un nombre que procede de una novela de caballería
escrita en 1492 y publicada en 1510 por su autor en español
García Ordóñez de Montalvo.

Esta novela muy difundida  en el siglo XVI era, supuestamente,
muy conocida por navegantes expedicionarios de esa época.
La novela en uno de sus párrafos decía:
“Sabed que a la diestra mano de las indias, hubo una isla
llamada California muy llegada al paraíso, la cual fue poblada
de mujeres negras, sin que algún varón entre ellas hubiese
que casi como las amazonas era su modo de vivir”.

Está ya desechada la etimología proveniente del vocablo Cálida Fórnax
(Horno caliente) atribuido a Hernán Cortés.




Otros navegantes dando por sentada su condición insular,
la llamaron “Isla del Mar del Sur”, “Isla de Amazonas”,
“Isla de Perlas”, etc. Se le agregó Baja en 1804, cuando las
Californias se separaron en dos provincias: la Alta y la Baja y
, finalmente, se le puso Sur en 1888, cuando la península,
siendo un solo Territorio Federal,
se dividió en Distrito Norte y
Distrito Sur.

ORIGEN
Para dividir el origen y formación de la península
(Baja California -dice David Piñera Ramírez- se han elaborado
diversas teorías geológicas.

 Una de ellas afirma que se formó a consecuencia de 14 grandes
plegamientos que se registraron en la parte occidental del territorio
que ahora es México, en la época miocena… (Los plegamientos son
pliegues en las capas  rocosas de la corteza  terrestre.
Debido a las fuerzas de compresión producen macizos montañosos
que  pueden alternar con cuencas plegadas hacia abajo).
Otra hipótesis explica que lo que ahora es península anteriormente formó
parte del macizo continental del país y  que se separó de éste a
consecuencia de un desgarramiento que se registró en la Era Terciaria,
quedando de por medio la fosa del Golfo de California.

 Aún cuando hay divergencias de opiniones respecto
origen de la Baja California, según Edwin C. Allison, en su libro
Geology of Areas Bordering Gulf of California (1964), la
península es un segmento del rasgo cordillerano de Norteamérica.
Los rasgos estructurales muestran una orientación característicamente
cordillerana de noroeste  a sureste que parece haber persistido
desde la era Paleozoica.

 Según G. Gafil, et al en su libro The Reconstruction
of Mesozoic California (1972), la península inició su
formación en el cretásico medio. Fenómenos de subdi causaron
volcanismos andesíticos desde Arizona hasta el sur de Sinaloa.
A fines del cretásico la península empezó a moverse hacia
el noroeste.  Luego a principios Terciario se separó del
continente formando el proton-golfo. La actual morfología
de la península empezó a delinearse hace cuatro
o seis millones de años.

Fuente: TRASVIÑA TAYLOR, Armando.
Todo lo que usted desea saber de Baja California Sur.

LOS PRIMEROS POBLADORES
En la península de Baja California existieron 3 grupos indígenas,
localizados en los siguientes lugares: Pericúes en el extremo sur
de la península, Guaycuras desde la región de Todos Santos y
San Antonio hasta Loreto, Cochimíes, el más numeroso,
que habitó todo el resto de la península.

Los cochimíes y los guaycuras procedían del norte,
pues formaban parte de los grupos migratorios procedentes
de Asia. En cambio, los pericúes se cree que llegaron de las islas
que existen en el océano Pacífico ya que tenían muchas semejanzas
con los habitantes de esos lugares.
Antes que los conquistadores españoles vinieran a la península
de Baja California, la población indígena era de 50 mil individuos.
En la actualidad estos grupos han desaparecido.

Sólo quedan unos cuantos indígenas cochimíes
en la parte norte de la península.

ALIMENTACIÓN Y VESTIDO

Los primeros pobladores de Baja California vivían
de la recolección de frutas y semillas, de la caza y de la pesca.
La mayoría de ellos vivían a la intemperie o bajo los árboles;
en los meses de invierno buscaban cuevas
en los cerros para protegerse.

Los hombres no usaban vestidos, únicamente se pintaban
el cuerpo, pues lo consideraban de buen gusto.

Las mujeres, en cambio, andaban cubiertas con pieles y usaban
faldas hechas de hilos de ixtle o trozos de carrizo.

Como calzado usaban sandalias hechas de cuero tejido de ixtle,
pero por lo general siempre andaban descalzos.

La agricultura fue desconocida para ellos,
no conocían el maíz, el frijol ni el chile.
Para cazar animales grandes y para hacer la guerra
utilizaban el arco y la flecha.

Para pescar se valían de pequeñas redes, cordeles
y anzuelos de hueso. También construían balsas de carrizo
y de madera de colorín.

El agua la transportaban utilizando vejigas  de venado
y membranas de los peces grandes que atrapaban.

Los indígenas que habitaron el Estado de Baja California
fueron expertos cazadores y pescadores.

LENGUAJE Y RELIGIÓN

Los Cochimíes, los Guaycuras y los Pericúes hablaban
lenguas diferentes. Los cochimíes usaban expresiones muy bellas
como Bale-jimajagui (el amanecer);
Pukuro-Nemecue-Tijue (la puesta del sol).

 Palabras de origen cochimí son Comondú,
Mulegé, Calmallí, Nopoló, Ligüi, etc.

Las estaciones del año eran seis y les llamaban
Mejibó, Amada-Appí, Amada-Appi-galá,
Majibel, Majiben y Majiben-Maají.

 Los antiguos californios no tuvieron una verdadera religión.

No tenían templos, sacerdotes ni culto alguno.
No obstante, tenían creencias arraigadas sobre
el origen del hombre
y de la tierra.

 Los pericúes creían que un  gran señor llamado Niparajá
había formado el cielo, la tierra y el mar.

Niparajá tenía un enemigo llamado Tuparán a quien venció,
encerrándolo en una cueva cercana al mar.

Los partidarios de Niparajá eran hombres dóciles y buenos. Los
partidarios de Tuparán, por el contrario, eran mentirosos
y afectos a la guerra.

Los guaycuras creían en un espíritu principal llamado
Guamongo que mandaba a la
tierra las enfermedades.

 Pensaban que el sol, la luna y las estrellas eran hombres
y mujeres que todas las tardes caían en el mar para salir
nadando al día siguiente. .

 Los cochimíes hacían referencia a un gran señor
que habitaba el cielo, llamado en su
lengua “el que vive”.

 Decían que él era el creador de la tierra, las plantas,
el hombre y la mujer.  Aunque entre los californios no existían
sacerdotes, había hechiceros que hacían de curanderos
y pasaban por representantes del demonio y de los espíritus.

 Estos hombres llamados Guamas tuvieron una gran
influencia entre los indígenas, sobre todo en las fiestas,
los bailes ven las ceremonias fúnebres.

LA PRESENCIA ESPAÑOLA
EN EN BAJA CALIFORNIA SUR

Poco después de que Hernán Cortés conquistara Tenochtitlán,
tuvo noticias de la existencia de una isla muy grande, rica en oro y perlas,
que estaba poblada por mujeres negras.

Tratando de llegar a ella organizó una expedición en el año de 1532
que estuvo a cargo de Diego Hurtado de Mendoza, primo de Cortés.

La expedición salió del puerto de Acapulco rumbo al norte,
en dos barcos que recorrieron lo que hoy es el golfo de California.

Este viaje no tuvo éxito, pues no lograron descubrir
las tierras que buscaban.

 En 1533, Cortés organizó la segunda expedición
que estaba formada por los buques
San Lázaro y el Concepción.

 El San Lázaro se regresó, no así el Concepción que siguió
adelante. En la travesía, el piloto Fortún Jiménez se apoderó de la nave
asesinando al capitán Diego Becerra, y para evitar ser castigado
por su crimen, huyó hacia el norte descubriendo así la península
californiana. Por esto se considera a Fortún Jiménez
 primer descubridor de California.

 Fortún Jiménez desembarcó en el lugar donde hoy
se encuentra La Paz y se dedicó a la búsqueda de perlas.
Pero varios de sus compañeros quisieron abusar de las mujeres indígenas,
lo que provocó la ira de los indios que se lanzaron contra los españoles
matando a Jiménez ya 20 de sus compañeros. El resto de los
españoles se embarcaron y llegaron a las costas de Sinaloa
donde relataron su importante descubrimiento.

HERNÁN CORTÉS EN BAJA CALIFORNIA

Después del trágico fin de Fortún Jiménez, Hernán Cortés
organizó otra expedición y, al frente de 3 naves, 113 peones y 40 jinetes,
arribó al “puerto y baya de Santa Cruz”, hoy bahía de
La Paz, el 3 de mayo de 1535.

 Allí fundó de inmediato una colonia que, para su desgracia,
no duró mucho tiempo. La falta de provisiones causó varias muertes
entre los españoles, pues los barcos que envió por alimentos
se perdieron y él mismo tuvo que regresar por auxilio
al puerto de Acapulco.

Francisco de Ulloa, que se había quedado encargado
de la colonia, tuvo que abandonarla al poco tiempo,
regresando con toda la gente a la Nueva España.

A este primer intento de conquista siguieron otros más, pero fue
hasta el año de 1697, como veremos más adelante, cuando se
logró iniciar en firme la conquista de California.

FRANCISCO DE ULLOA,
EXPLORADOR DE LAS CALIFORNIAS 

Uno de los capitanes de Cortés que tuvo mayor suerte
en el descubrimiento de la península californiana
fue Francisco de Ulloa.

En 1539 Ulloa zarpó del  puerto de Acapulco al mando de tres
buques, con instrucciones de Hernán Cortés de explorar los
litorales del golfo y la costa occidental de
California.

 En el mes de septiembre llegó al puerto de Santa Cruz,
donde se abasteció de agua y leña. De allí se dirigió rumbo al norte
hasta llegar a la desembocadura del río Colorado, lugar que bautizó
con el nombre de Ancón de San Andrés. Estuvo también en las
islas de San Marcos y del Carmen frente a la cual, en 1697,
se fundó la misión de Loreto.

 De vuelta a Santa Cruz, abandonó a los ocho días el puerto,
dio vuelta al Cabo San Lucas llegando hasta Bahía Magdalena.
Después, navegando más al norte, llegó hasta la isla de Cedros
y la Bahía Sebastián Vizcaíno.

 El buque en que iba Francisco de Ulloa naufragó,
desapareciendo con todos sus hombres.

LOS JESUITAS EN BAJA CALIFORNIA 

El padre Eusebio Francisco Kino, de la Compañía de Jesús,
fue quien concibió la idea de llevar a cabo la conquista
espiritual de California.

 Este proyecto se lo comunicó al padre Juan María de Salvatierra,
quien en ese entonces era el Visitador de las Misiones de la Compañía.
El proyecto le interesó al padre Salvatierra, quien gestionó el permiso
correspondiente, logrando que el 6 de febrero de 1697 el Virrey de
nueva España autorizara la conquista. “Por la presente, concedo la
licencia que piden dichos padres Juan María de Salvatierra
y Eusebio Francisco Kino,  de la Compañía de Jesús,
para la entrada a las provincias de California y que puedan reducir
a las gentes de ella al gremio de nuestra santa fe católica; con calidad
de que sin orden de Majestad no se ha de poder liberar ni gastar cosa
alguna de su real  hacienda en esta conquista…”.

(FRAGMENTO DEL DOCUMENTO DE AUTORIZACIÓN)

 El Padre Salvatierra auxiliado por el padre Juan de Ugarte,
solicitó ayuda económica y después de reunir varios miles de pesos,
emprendió el viaje rumbo a Sonora para reunirse con el padre Kino
y hacer juntos el viaje a la península de California.

 Sin embargo, Kino no pudo acompañarlo, por lo que
Salvatierra inició el viaje a bordo de la goleta “Santa Elvira”,
en la que, el 19 de octubre de 1697, llegó a las costa de California.
El día 25 del mismo mes fundó la primera Misión
en Baja California, dándole el nombre de Loreto.

LAS MISIONES EN BAJA CALIFORNIA 

De 1697 a 1767, fecha en que abandonaron la Baja California,
los padres jesuitas construyeron y atendieron las Misiones
que a continuación se enlistan con su año de fundación:
Misión de Loreto (1697), Misión de San Javier  (1699),
Misión de San Juan Bautista Malibat (1705);
Misión de Sta. Rosalía de Mulegé (1705),
Misión de Comondú (1708), Misión de Guadalupe (1720),
Misión de La Paz (1720), Misión de los Dolores (1721),
Misión de la Purísima (1722), Misión de Santiago (1723),
Misión de San Ignacio (1728), Misión de San José del Cabo
(1730), Misión de Todos Santos (1733),
Misión de San Luis Gonzaga (1740),
Misión de Santa Gertrudis (1752),
Misión de San Borja (1762),
Misión de Calamajuet (1766) y Misión de Santa María (1767).

LA ÉPOCA INDEPENDIENTE EN LA PENÍNSULA
DE BAJA CALIFORNIA 

El 15 de septiembre de  1810, don Miguel Hidalgo y Costilla
dio el grito de independencia, no obstante, hasta el año de 1822,
la península de Baja California siguió en
poder de los españoles.

El mismo año en Loreto, para entonces capital
de toda la península, se juró independencia en Baja California
por el canónigo Agustín Fernández de San Vicente.
El año de 1830 fue designada La Paz como capital
de Baja California, debido a que Loreto había sido destruida
por grandes temporales, entonces se trasladó provisionalmente
el gobierno al pueblo de San Antonio y de ese lugar
en forma definitiva a la hoy ciudad de La Paz.

LA INVASIÓN NORTEAMERICANA
A BAJA CALIFORNIA 

En la guerra con los Estados Unidos que duró de 1846 a 1848,
México perdió más de la mitad del territorio que poseía.

Al iniciarse la guerra, los americanos se apoderaron de la
CIudad de La Paz y de San José del Cabo.

 Para organizar la lucha contra los invasores, fue nombrado
el señor Mauricio Castro como Jefe Político.
A su vez, el gobierno mexicano envió al Capitán Manuel Pineda para
que defendiera nuestra península.  En el pueblo de Mulegé,
gracias a la valentía de sus pobladores, fueron derrotados
los norteamericanos. Las fuerzas mexicanas al mando
de Manuel Pineda, tratando de vencer a los invasores,
atacaron la ciudad de La Paz y San José del Cabo.

 En los combates de San José del Cabo murió heroicamente
el Teniente de Marina José Antonio Mijares.

LA GUERRA DE REFORMA
Y LA INTERVENCIÓN FRANCESA
EN BAJA BALIFORNIA 


De 1858 a 1860 tuvo lugar en México la Guerra de Reforma.
La causa de esta guerra fue la obediencia a la Constitución de 1857
que las llamadas fuerzas conservadoras no estaban dispuestas
a acatar. Los liberales, al mando de Don Benito Juárez, lucharon
para hacer que las Leyes de nuestra Carta Magna se hicieran cumplir.

 En Baja California, el General Manuel Márquez de León,
Mauricio Castro, Ildefonso Green, entre otros, encabezaron un movimiento
de fidelidad a la causa liberal, permaneciendo la Baja California
leal al mandato del Presidente Juárez.

 El Partido Conservador, al ver la inminencia de su derrota,
pidió ayuda a Francia quien mandó a Maximiliano de Austria
para que fuera Emperador de México, pero, vencido por las fuerzas
liberales al mando de Don Benito Juárez, fue hecho prisionero
y fusilado en la ciudad de Querétaro.

 Las tropas republicanas al mando del coronel Clodomiro Cota
lograron que Baja California permaneciera leal a la causa de México.

LA REVOLUCIÓN EN BAJA CALIFORNIA SUR.

En Baja California Sur, el gobierno de Porfirio Díaz otorgó grandes
concesiones de tierra a compañías extranjeras,  esto permitió
la aparición de las tiendas de raya donde se explotaba a los
trabajadores de las minas de El Boleo en Santa Rosalía
y en los minerales de San Antonio y El Triunfo.

 Los puestos principales administrativos eran ocupados
por franceses y  norteamericanos, debido a lo cual, los habitantes
del Territorio respaldaron el movimiento iniciado por
Don Francisco I. Madero, quien posteriormente fue electo
Presidente de México.

 En el Territorio de Baja  California Sur,
precisamente en La Paz,  los elementos revolucionarios formaron
la llamada Junta Revolucionaria al mando del Gral. Félix Ortega.
Félix Ortega se lanzó a la lucha contra las tropas federales
logrando vencerlas, y regresó ya a La Paz con el cargo
de Jefe de Operaciones.

SUCESOS NOTABLES EN EL TERRITORIO
DE BAJA CALIFORNIA 

En 1920 fue designado como primer Gobernador del Distrito Sur
el Sr. Agustín Arreola, en su administración se obtuvieron
los siguientes logros: Exigió eficiencia a cada empleado del Gobierno.
Expidió la primera ley de Hacienda para regular los ingresos oficiales.
Mandó el primer grupo de estudiantes a la Ciudad de México.

En 1929 fue designado Gobernador, el General Agustín Olachea Avilés,
quien impulsó la Ley del Trabajo para beneficio de los obreros
y campesinos. En la gubernatura del General Olachea se dio
forma legal a la división política de la península, dividiéndola en
Territorio Norte y Territorio Sur de Baja California.

En 1931 ocupó el cargo de Gobernador el General
Ruperto García de Alba.

En 1932 fue nombrado Gobernador el General Juan Domínguez Cota,
quien se distinguió por iniciar la colonización de las tierras
del Valle de Santo Domingo.

De 1938 a 1940, el General Rafael M. Pedrajo estuvo a cargo
del Gobierno del Territorio.

En 1941 gobernó a Baja California Sur el General Francisco J. Mújica
y el acto más importante de su gobierno fue la inauguración de la
Escuela Normal Urbana, el 5 de Febrero de 1942.

En 1946 volvió a ocupar la gubernatura el General Agustín Olachea
y durante su periodo de Gobierno se construyó el tramo
La Paz-Villa Constitución de la carretera transpeninsular.

En 1959 gobernó el territorio el General Bonifacio Salinas Leal,
quien dio atención especial a la educación, construyendo modernos
edificios escolares, dio impulso a la agricultura y la ganadería,
construyó el nuevo Palacio de Gobierno, estableció la ruta marítima
entre la Capital del Territorio y Mazatlán, por medio del
Transbordador “La Paz” y continuó la construcción
de la carretera transpeninsular.

En 1964 el Lic. Hugo Cervantes del Río gobernó al Territorio
y durante su gestión se actualizó la Ley de Hacienda,
se crearon dependencias oficiales como la Dirección general de
Acción Social, la Dirección de Servicios Generales y
la Dirección de Turismo. Se establecieron Centros de Salud
en los pueblos y se construyó en La Paz el Hospital General
“Juan Ma. De Salvatierra”, se terminaron los tramos de La Paz a
San José del Cabo y de Ciudad Constitución a Loreto
de la carretera transpeninsular y por último se estableció el servicio
del transbordador “Presidente Díaz Ordaz” entre La Paz y Mazatlán.

En 1970 se designó al Ing. Félix Agramont Cota
como Gobernador del Territorio y en su administración
se hizo la reimplantación de la vida municipal en nuestra entidad,
estableciéndose el funcionamiento de tres municipios
que son: la Paz con cabecera en la Ciudad de La Paz,
Comondú con cabecera en Ciudad Constitución y Mulegé
con cabecera en Ciudad Santa Rosalía.

EL ESTADO DE BAJA CALIFORNIA SUR 

Siendo Presidente de México, el Lic. Luis Echeverría Alvarez
envió la iniciativa de Ley para la conversión del Territorio
de Baja California Sur a Estado Libre y Soberano de la
Federación y el 8 de Octubre de 1974 se expidió el
Decreto Presidencial creando el Estado de Baja California Sur.
Siendo designado Gobernador Provisional al
Ing. Félix Agramont Cota en tanto se elaboraba
la Constitución local.

 El 18 de Enero de 1975 se convocaron a elecciones
para Gobernador Constitucional del Estado de Baja California Sur,
resultando electo por unanimidad el Lic. Angel César Mendoza Arámburo.

En su gobierno se creó el Municipio de Los Cabos, se inició la carretera
Pacífico Norte, la de La Paz-Todos Santos-Cabo San Lucas, se llevó a cabo
la creación de la Universidad Autónoma de Baja California Sur,
la creación de la Escuela Normal Superior, iniciación de los polos
de desarrollo turístico de los Cabos y Loreto.

 Terminando su período de Gobierno tomó posesión,
como segundo Gobernador Constitucional de la Entidad,
el C. Alberto Andrés Alvarado Arámburo en cuyo gobierno se
realizó la construcción de las presas Santa Inés, Buena Mujer
y el Iguajil, la iniciación de la presa de San Lázaro
en la región de Los Cabos, la construcción de la Unidad Cultural
“Profr. Jesús Castro Agúndez, que comprende el Teatro de  la Ciudad,
la Rotonda de los Sudcalifornianos Ilustres, la Radio Cultural
y el parque recreativo infantil; la construcción del acueducto
Vizcaíno-Pacífico Norte, la terminación de la carretera
La Paz-Los Planes, La Paz-Todos Santos-Cabo San Lucas,
desarrollo integral de las zonas turísticas de Los Cabos y
Loreto-Nopoló, la construcción de 5,404 viviendas de interés
social y, por último, las construcciones de los boulevares
Forjadores de Sudcalifornia y Las Garzas,
en la Ciudad de La Paz.

 El 5 de abril de 1987, ante la presencia del Presidente
de la República, Lic. Miguel de la Madrid Hurtado,
el Lic. Víctor Manuel Liceaga Ruibal  tomó posesión como cuarto
Gobernador Constitucional del Estado Libre y Soberano
de Baja California Sur. Su trabajo ha destacado por innumerables
obras como la infraestructura hidráulica, el Acueducto de Loreto,
redes de agua potable y alcantarillado, el puerto de altura de Pichilingue,
caminos vecinales comunicando las zonas rurales,
reglamentos y leyes orgánicas estatales y la carretera de cuatro
carriles San José-Cabo San Lucas.

 El Lic. Guillermo Mercado Romero, actual Gobernador
Constitucional del Estado, ha realizado, en el primer año
de su mandato, una considerable obra material.
Además ha sido notable el éxito obtenido en al apoyo que ha
brindado a la infraestructura turística de los
municipios de Los Cabos y Loreto.

 A su gobierno sobreviene un nuevo ejercido de alternancia
política que, sin ser privativo de nuestro estado,
con el profesionalismo y entrega  que han caracterizado
al Lic. Mercado Romero, su proyecto de trabajo
cristalizará para bien de los sudcalifornianos.

Fuentes:

* REYES SILVA, Leonardo, Historia del Estado de Baja California Sur.
Consejo Editorial de B.C.S., 1989.

* OJEDA AGUILAR, José Gpe. Investigación documental, 1994.

BAJA CALIFORNIA SUR EN LA ACTUALIDAD 

Nuestra entidad se ha transformado y crecido mucho
a partir de 1974, año en que adquirió su nueva categoría de Estado
Libre y Soberano de la Federación. El censo General de Población
y Vivienda levantado en 1990 registró un total de 317,764
habitantes en el Estado de Baja California Sur. La atención médica
ha aumentado considerablemente a través de los servicios
de las dependencias del sector salud como son el Instituto
de los Servicios de Salud, el IMSS, el ISSSTE y los Servicios
Médicos Militares. LA EDUCACIÓN

 Uno de los recursos más valiosos para lograr el desarrollo
de los pueblos es la educación. En Baja California  Sur se cuenta con 215
Jardines de Niños, 15 centros de Educación Especial, 325  escuelas primarias,
70 escuelas  secundarias, 37 preparatorias, la Escuela Normal Urbana
“Domingo Carballo Félix”, el Centro de Educación Normal de
Loreto, la Escuela Normal Superior, El Centro Interdisciplinario
de Ciencias Marinas, el Centro de Investigaciones Biológicas,
el  Instituto Tecnológico y la Universidad Autónoma
de Baja California Sur. También cuenta con 30 Albergues
Escolares Rurales que atienden a 1,500 niños de
educación primaria.

LA CULTURA 

En la Ciudad de La Paz existe una radiodifusora cultural,
una escuela de música, el Museo Antropológico,
un museo de telecomunicaciones, escuelas de danza,
Archivo Histórico, la Rotonda de los Sudcalifornianos
Ilustres y el Teatro de la Ciudad.
 En el estado funcionan 13 casas de la Cultura,
12 bibliotecas y 2 teatros incluyendo el
de Todos Santos.

RECURSOS HIDRÁULICOS 

En el estado de Baja California Sur se cuenta con un programa
denominado “Programa Hidráulico para el Desarrollo  Integral de
Baja California Sur”, que se ha puesto especial
atención a todo lo que se refiere ala solución de los problemas
que originan la carencia de agua y la urgente
racionalización y uso de la misma.

ELECTRICIDAD 

La energía eléctrica es suministrada en  el Estado de
Baja California Sur por la Comisión Federal de Electricidad
que cuenta  con plantas generadoras en La Paz, Ciudad
Constitución y Santa Rosalía. Además funcionan pequeñas plantas
en diversas comunidades y en las poblaciones pesqueras
del norte del Estado, las cuales son sostenidas por
las empresas cooperativas.

EL ACUEDUCTO PACÍFICO-NORTE 
 
Debido a los graves problemas de falta de agua dulce, frente a las costas
del Océano Pacífico el gobierno estatal proyectó la construcción
de un acueducto que va desde el Valle de Vizcaíno hasta
Bahía Tortugas, Bahía Asunción y Punta Abreojos,
que proporciona agua a los lO mil habitantes de esas zonas.

CULTURA POPULAR 

Hemos considerado importante incluir en nuestra revista
un apartado especial para compartir con ustedes las muestras
más importantes que constituyen el acervo sudcaliforniano
de arte y cultura populares.  No es muy usual.
Lamentablemente a esas manifestaciones se les concede poca
importancia porque, entre otras cosas, se considera escaso su impacto
social. Con frecuencia se confunden arte y cultura popular con folclore,
y sus destinatarios, en términos generales, son los turistas.
Es verdad que en Baja California Sur no somos poseedores
de una tradición artesanal tan colorida y variada como la de
otras entidades de México, por ejemplo Oaxaca, Jalisco,
Michoacán o Puebla. Sin embargo, la nuestra es una artesanía
elaborada, mayormente, completamente a  mano.
No es industriosa ni es su  destino la comercialización a
grandes escalas. Se trata de objetos elaborados con finas
utilerías, muchas utilizadas como intercambio
de productos entre los propios artesanos.

 Conviene aclarar al lector, por otra parte, las razones
por las que las manifestaciones artísticas como la música
y danza son de origen reciente.

 En primer lugar en nuestra entidad no existen, a la fecha,
grupos indígenas que hayan sobrevivido con sus tradiciones,
excepto por las crónicas misionales. Es una lástima,
porque a muchos sudcalifornianos nos hubiera gustado
conocer visualmente objetos y tradiciones.

 A ésta pérdida le sobrevive un reto importante: rescatar,
recrear y difundir nuestras tradiciones, puesto que “cultura ”
es una palabra de espectro muy grande. Por cultura podemos
entender las manifestaciones que han transformado al ser humano
y al mundo en que vivimos y al que comprendemos
diariamente a través del arte, la ciencia y la tecnología.
Por “cultura popular” consideramos los signos que definen
y distinguen la vigencia de nuestras tradiciones a través del
valioso recuento de las artesanías, música y danza regionales,
fiestas populares, medicina tradicional y tradiciones,
leyendas y costumbres. No debe olvidar el lector
que este numero de nuestra revista cumple un
objetivo enunciado  desde su presentación.

 Estamos conscientes de su limitaciones, y es que no se trata
sino de una revista. En todo caso, lo que podría considerarse
una aportación es el resumen esforzado y simbólico de sus contenidos.

 No estamos seguros de conseguir el resultado. Intentamos
coincidir con un propósito de difundir a nuestro Colegio
ya nuestro Estado tanto como sea posible.

 Además, esperamos que nuestros lectores sean jóvenes
alumnos que han sentido la curiosidad y el deseo de conocer de su
Colegio y Estado los aspectos más destacados.

ARTE RUPESTRE 
 
Se afirma que la península estuvo habitada por diferentes grupos
que encontraron los españoles a su llegada. vestigios de su
presencia Son, además de excitantes petroglifos,
las pinturas rupestres, descubiertas en las regiones
montañosas del centro de la península,
en las sierras de San Francisco,
San Borja y Guadalupe.

 En los acantilados de sus cañadas los antiguos habitantes
de Baja California pintaron grandes murales con figuras
de hombres y animales, utilizando los colores ocre, rojo,
blanco y negro, elaborados con grasa animal y vegetal.

 Entre los más destacados ejemplos de este arte rupestre
se encuentran “La Cueva Pintada”, en la cañada de
Santa Teresa de la sierra de San Francisco,
la “Cueva de la Serpiente” y la “Cueva de la Candelaria”,
en la sierra de San Francisco.

Además de la “Cueva de los Venados” y la
“Cueva de San Borjitas”, en la sierra de Guadalupe.

 Para apreciar en su exacta dimensión y conservar
estas muestras del arte peninsular, la Dirección de Turismo
del Gobierno del Estado organiza interesantes visitas guiadas
a estos mágicos sitios de nuestra geografía.

MEDICINA TRADICIONAL

El libro más antiguo del mundo sobre plantas medicinales,
fue escrito en China por Kuang-Ti muchos siglos antes de Cristo,
en él se resume o describre el uso medicinal del
ruibarbo y el opio.

También en China, La Chen-Ten escribió el Pent’Sao
2,500 años a.C., libro en el cual se relacionan 110 plantas
y sus propiedades curativas.

Los egipcios conocían el uso medicinal de variadas
plantas para combatir enfermedades.

Los griegos Hipócrates, considerado padre de la medicina,
Galeno, Quirón y Discórides nos han legado importantes
tratados de herbolaria medicinal.

En América, a pesar de la destrucción que hicieron
los españoles de códices, se sabe que hubo importantes
aportaciones a la herbolaria medicinal.

Los aztecas exigieron tributo de plantas
a los pueblos bajo su dominio.

Nezahualcóyotl poseía un impresionante jardín
botánico debidamente clasificado tanto
de ornato como de plantas curativas.

A la avasalladora presencia de los españoles sobrevivió un texto
sobre herbolaria Libro de las hierbas Medicinales de los Indios
o Códice Badiano, realizado por el médico azteca
Martín de la Cruz. El Códice encontraba en los archivos
de El Vaticano y recientemente devuelto a México
por el Papa Juan Pablo II. Así sabemos ahora,
que los antiguos mexicanos conocían
la terapéutica de diversas plantas.

En Baja California Sur, la herbolaria del desierto
ha sido objeto de estudio desde tiempos muy antiguos.
El padre Miguel Venegas (Obras californianas del P. Miguel
Venegas, UABCS, 1979) fue el pionero en esta investigación,
su obra fue corregida y aumentada posteriormente por
el P. Miguel del Barco (Historia Natural  y Crónica de la
Antigua California, UNAM 1973, con prólogo de Miguel León Portilla).

 En la actualidad existen importantes estudios sobre el tema,
por su importancia destacan El Grupo Pericú
de Baja California 0983), de los arqueólogos
Fermín Reygadas y (Guillermo Velázquez, en donde describen
el modelo alimentario prehispánico y el uso ritual de la herbolaria
regional; Tradicional Medicine of Baja California Sur, 0991),
de Rosalba Encarnación Dimayuga y Jorge Agúndez; Medicina
Tradicional Herbolaria (testimonios de Historia Oral),
de José Gpe. Ojeda Aguilar 0993), y otras notas periodísticas
y memorias de partidpación sobre medicina tradicional
de Alfredo Beltrán Morales.

De este último incluimos una relación de plantas regionales
con propiedades medicinales

NOMBRE COMÚN  NOMBRE CIENTÍFICO

Alfombrilla……………………… Abronia marítima
Algodoncillo…………………… Gossypium spp
Amargoso……………………… Castela peninsularis
Batamote………………………… Baccharis glitinosa
Cachanilla……………………….. Pluchea sericea
Candelilla………………………. Pedilanthus macroparcus
Cardón barbón………………… Pachycercus pectena
Cardón pelón………………….. Pachicercus pringlei
Cascabelillo……………………. Astragalus sp
Copal…………………………….. Bursera laxlflora
Chamizo……………………….. Artemisa tridentata
Chicura………………………… Franseria ambrosoide
Choya…………………………. Apuntia choya
Chual…………………………… Chenopodium fremonti
Dais…………………………….. Cassia covesii
Damiana……………………….. Turnera difusa
Encinilla……………………….. Croton corynbulosus
Epazote…………………………. Chenopodium ambrosoides
Estafiate………………………… Artemisa lodoviciana
Flor de día……………………… Commelina spp
Galleta…………………………… Atriplex canescens
Garambullo……………………. Lophocereus schotti
Gobernadora…………………… Larrea tridentata
Golondrina……………………….. Euphorbia misera
Guayacán………………………… Guaiacum coulteri
Hierba de ángel………………… Eupatorium perpusii
Hierba de indio…………………… Aristolochia batucensis
Hierba del manzo………………Anemopsis californica
Hierba del pasmo………………. Bacharis sarathroides
Hierba de tepozán………………. Buddleia sessiflora
Hierba lechoza…………………. Asclepias speciosa
Hierba rosa……………………… Poligonum spp
Huizapol………………………… Cenchrus palmeri
Incienso ………………………… Encelia spp
Jojoba……………………………. Simondsia spp
Levántate Juan……………….. Nicotiana glauca
Lomboy……………… ………. Jatropha cinerea
Maguey…………………………. Agave spp
Malva blanca………………… Hosfordia alata
Mariola…………………………. Solanum hindsianum
Matacora…………………….. Jatropha macrorrhiza
Mezquite………………………. Prosopis julioflora
Mostaza negra……………….. Brassica nigra
Orégano………………………… Lippia palmeri
Palo brea………………………. Cercidium praecox
Palo de arco………………….. Tecoma stans
Palo de fierro………………… Olneya tesota
Palo verde…………………….. Cercidium sonorae
Pitaya dulce…………………… Stenocereus thurberi
Quelite………………………….. Amaranthus palmeri
Rabo de mico………………… Heliotropium spp
Raja matraca…………………. Wilcoxia striata
Romerillo………………………..Hymenoclea monogyra
Salvia………………………………Hyptis spp
Sauz………………………………..Salix gooddingüi
Tepetate…………………………..Aralia scopolorum
Toji………………………………… Tillandsia recurvata
Toloache…………………………. Datura discolor
Torote blanco………………….. Bursera adorata
Torote colorado……………….. Bursera microphylla
Torote prieto……………………. Bursera hindslana
Uña de gato…………………….. Acacia greii
Vara blanca…………………….. Croton taxensis
Vara prieta……………………… Croton taxensis
Viejito…………………………… Mamillaria spp
Zaya……………………………… Amoreuxia gonzalezii

 A continuación presentamos  algunas muestras del uso más frecuente
de herbolaria medicinal de Baja California Sur.

Choya. Su raíz es utilizada para disminuir la fiebre.
Damiana. Ayuda a calmar la tos seca  y se utiliza también para
combatir el resfriado y la bronquitis.
Gobernadora. Se utiliza en enfermedades del útero
y es también altamente diurética.

Mangle. Activa la circulación sanguínea
y cura úlceras aún en la piel.
Palo Brasil. Disminuye la diarrea
y cicatriza heridas leves.
Palo de Arco. Combate la diabetes
y estimula el apetito.
Romero. Alivia dolores musculares.

Ruda. Estimula el flujo menstrual y evita cólicos.
Orégano. Desinfecta el intestino y combate parásitos. 

Para finalizar es necesario puntualizar que el uso medicinal
de la herbolaria en nuestro Estado, no va ligado a prácticas
rituales o médicas de ninguna especie.

Todas las plantas son utilizadas como té e infusiones. 
 Escasamente se practican cataplasmas de barro con hierbas,
quizá sólo para mordeduras de serpiente o para elevadas fiebres.
 Su práctica es, en resumen, de atención primaria a la salud, debido a
que las zonas rurales y pesqueras en nuestra entidad se encuentran bastante
alejadas de centras o poblaciones  donde se localizan hospitales
o centras periféricas del Sector Salud.

Fuente: OJEDA AGUlLAR,
José Gpe. Medicina tradicional de Baja California Sur.
Testimonios de historia oral, 1993.

ARTESANOS Y ARTESANÍA REGIONAL

La vivienda, el alimento, el vestido y la medicina tradicional
son considerados “arte mayor”. Los artesanos, hombres y mujeres,
de Baja  California Sur los practican
constantemente.

Vivienda. Se elabora, en la zona rural, con techo de palma,
de manera que en los climas extremosos resulta fresca en verano
y cálida en el invierno.

Las paredes son elaboradas con un emplaste de barro
sobre varillas de madera de “palo de arco”, a esta construcción
se le denomina comúnmente “chinames”.

Alimento. El alimento de los sudcalifornianos
es muy rico y variado, se basa principalmente en pescados
y mariscos. Son famosas las almejas asadas del
Municipio de Loreto, la popular machaca de res
o de pescado de toda la entidad, los dulces tradicionales
(alfeñiques, pitahayas, limones y biznagas en almíbar o en conserva),
de Todos Santos, Municipio de La Paz, el pan de Santa Rosalía,
Municipio de Mulegé, y el pescado relleno de mariscos
del Municipio de La Paz.

Vestido. Para la actividad rural, los sudcalifornianos utilizan
todavía la “cuera”, que es una suerte de saco de piel o gamuza
de cortes similar al de un abrigo. Así se protegen de las
espinas cuando realizan labores de campo.
La “cuera ” nació en Loreto con quienes eran llamados solados
de la cuera. El diseño de este traje de campo es similar al hábito
de los jesuitas misioneros. Se acompaña de un sombrero circular
elaborado también con cuero animal.

Las mujeres visten ropa de algodón, falda circular.
Desde luego existen los trajes de fantasía, el más representativo
es el de “Flor de Pitahaya”. Este vestido fue diseñado
y confeccionado en 1955. Su diseño se inspira en una leyenda
sobre el nacimiento del cactus, escrita por Manuel Torre Iglesias.
Actualmente es el traje oficial de Baja California Sur y
con él se representa artísticamente a la mujer sudcaliforniana.


ARTESANÍA DE LA CONCHA, CORAL Y CARACOL MARINOS
A lo largo de toda Baja California Sur, se realizan objetos artesanales
con estos materiales. Son hermosos y variados pero no reflejan
una tradición netamente sudcaliforniana.

MADERA DE CORCHO

Solamente en la población de San Javier, Municipio de Loreto,
se realizan artesanías con madera de corcho. Son objetos muy
preciados porque se trata de piezas únicas.

Los diseños tienen que ver con el entorno de animales
y plantas regionales. La artesana Enriqueta Arce Osuna
nunca ha salido de esa comunidad lo cual hace que
su trabajo resulte doblemente admirable.

TALABARTERÍA

La tradición talabartera de Baja California Sur ha sido,
en nuestra historia, altamente significativa sobre todo en dos
poblaCiones: Miraflores, Municipio de Los Cabos y San Isidro
en el Municipio de Comondú. Los talabarteros realizan
todavía “cueras” (vestuario de campo), polainas, sombreros,
respaldos para sillas, cubiertas para libros, etc.

CESTERÍA Y OTRAS MUESTRAS ELABORADAS
CON PALMA PARA TEJIDOS

San Miguel de Comondú, en el Municipio del mismo nombre,
y el rancho “El Coro”, en el Municipio de Los Cabos;
se destacan por la producción de objetos realizados en palma.
Con palmas y fibra se pueden realizar canastas, sombreros,
accesorios para cocina, artículos personales, hamacas, etc.

ALFARERÍA Y CERÁMICA

Se practica en San Vicente de la Sierra,
en el Municipio de Los Cabos.
Una exponente muy reconocida en este trabajo
es la Sra. Rosa Agúndez, quien realiza
tinajas para conservar fresca el agua, platos,
ollas y cazuelas totalmente a mano.

Fuente: OJEDA AGUILAR, José Gpe.
Artesanos y Artesanías de Baja California Sur, 1991.



ARTESANIAS LITICAS DE SUDCALIFORNIA

LA PAZ BCS

ARTESANIAS LITICAS DE SUDCALIFORNIA
ARTESANO CASIMIRO GARDEA OROZCO

La cultura de los pueblos que habitaron la península siempre ha causado un gran interés para los antropólogos y arqueólogos, también ha despertado el interés de la sociedad  que busca conocer y comprender el cómo vivían y concebían su espacio geográfico.
Gracias a los escritos de los misioneros Jesuitas y Dominicos principalmente, nos ha llegado información acerca de su modo de vestir, alimentación y algunas de sus costumbres, aunque hay que señalar siempre con el sesgo característico de una cultura totalmente diferente. Fue en los últimos dos siglos (1800-2000) principalmente, cuando los investigaciones y reflexiones acerca de las culturas indígenas que habitaron la península dieron como resultado un mayor interés de la población por conocer y comprender de una manera más objetiva, estas culturas que lograron con el paso de los siglos adaptarse a un medio hostil.
Esta fascinación despertada ante el hallazgo de algunas puntas de flecha en 1977 en sus paseos por las cercanías de la ciudad de La Paz, especialmente durante sus caminatas por la playa El Conchalito, hace ya más de 35 años motivo en Casimiro Gardea Orozco, nacido en la Cd. de Chihuahua, Chih. Y avecindado en esta ciudad desde 1975, siendo sobreviviente del Ciclón Liza en 1976, por esta causa estando el internado en La ciudad de Los Niños y Niñas de La Paz y siendo aprendiz de Diseñador Gráfico en la imprenta, adquirió la costumbre de salir desde temprano los domingos a caminar por la playa . . .  durante estos paseos fue que encontró sus dos primeras puntas de flecha completas de un  tamaño aproximado a 4 pulgadas de largo en perfecto estado, siendo que él no conocía este tipo de herramientas, únicamente en el museo y en los libros,  dichas puntas se las mostro a una de las personas encargadas del internado que en unos de sus viajes a Italia las llevo quedando estas en las manos de una persona que trabajaba en uno de los museos de aquel país, de las cuales no volvió a saber de ellas, a cambio esta persona a su regreso le obsequio un cuchillo tallado de marfil que trajo de áfrica, a partir de ese entonces nació en el la costumbre de cada vez que salía a caminar… buscar y coleccionar piezas líticas, encontrando casi en su totalidad piezas fraccionadas o quebradas y esporádicamente piezas completas, su perseverancia le llevo a juntar más de 40 piezas completas en perfecto estado las cuales dono en el 2012 al Museo de Antropología e Historia de Baja California Sur para su exposición junto con un molar de camello prehistórico que encontró frente al antiguo hotel Gran Baja.

Su labor creativa no concluyo con la entrega de esta colección, sino que al darse cuenta de que la mayoría de las puntas de lanza y flecha que se encontraba estaban partidas o quebradas tal vez por el uso que se les dio al ser arrojadas contra sus presas o a la hora de estar haciendo su percutido se le quebró al autor original de las mismas y en base a artículos publicados en libros por investigadores decidió realizar con la técnica de percutido algunas puntas de flecha que después de muchos intentos logro sus primeras replicas (por mencionarlas así pero en su caso son originales, por lo regular ninguna pieza es igual a la otra) durante varios años estuvo guardando estas piezas, no quedando satisfecho con esto empezó a fabricar también hachas, después le nació la inquietud de hacerlas de una manera más completa y comenzó a confeccionar arcos con sus flechas haciendo los amarres con cordel de pesca, pero esto tampoco le satisfacía y comenzó a investigar el tipo de amarres que los indios californios usaban, leyendo el algún libro que ellos hacían lasillos machando las raíz del cardón, choya, ocotillos y magueyes silvestres, tratando de simular esta técnica intento buscar la manera de hacer algo similar a los hallazgos en las excavaciones, incluso uso hoja de palma pero no le parecía bien, hasta que en una charla en internet con un coleccionista argentino este le dijo que en algunas culturas utilizaban la fibra de la hoja del plátano para vendar las heridas y en algunos caso los hilos de las hojas para hacer suturas craneales, que lo intentara de esta manera, así lo hizo logrando lasillos muy parecidos a los utilizados por los antiguos californios, confirmándolo después cuando se le permitió la entrada al laboratorio del Museo de Antropología e Historia de Baja California Sur para observar los lasillos que ahí conservaban de un faldellín pericué hecho con nudillos de carrizo de más de 700 años de antigüedad en cual se le solicito les elaborara con esta técnica para colocar en un maniquí de una mujer pericué  junto con un pectoral de concha de madreperla para su compañero.

Ya logrado este paso comenzó confeccionar arcos completos con su flechas haciendo sus amarres con esta fibra de plátano poniendo mango a las hachas haciendo los amarres con esta fibra, logrando de esta manera piezas que envidiaría cualquier coleccionista de armas antiguas y así consiguió hacer su primera pequeña exposición durante el mes de mayo al mes de agosto de 2013 en Centro de Artes Tradiciones y Culturas Populares de Baja California sur.

Casimiro Gardea Orozco presento esta serie de objetos con la finalidad de que las personas obtengan una imagen de cómo eran utilizados y la importancia que tenían para las culturas de los indígenas californios dedicados principalmente a la caza y recolección de frutos y semillas. Además esta piezas son concebidas por el autor como una artesanía diferente tal vez, pero no menos importante al ser hechos con enorme destreza y habilidad..


Reconocemos la constante labor de este artesano que nos ofrece una interesante visión de la cultura de los antiguos californios, esperando que hayan disfrutado de esta muestra del talento y creativad de este Sudcaliforniano por adopción.

Hoy sus piezas están a la venta en:
 La Casa del Artesano Sudcaliforniano
Parque Cuauhtémoc   Bravo y Mutualismo Frente al Malecón

CASA DEL ARTESANO SUDCALIFORNIANO 005 
 
LA PAZ, BAJA CALIFORNIA SUR, MEXICO
 
LA PAZ, BAJA CALIFORNIA SUR, MEXICO
 
LA PAZ, BAJA CALIFORNIA SUR, MEXICO
 
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LA PAZ, BAJA CALIFORNIA SUR, MEXICO
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LA PAZ, BAJA CALIFORNIA SUR, MEXICO
















 

 

Agradecimiento a Citlali Magazine

por el articulo publicado

Armamento Tolteca-Azteca y

Puntas de Flechas Indias 

enfocado al Arte Litico de Sudcalifornia

 

del cual ponemos un  enlace

para que Usted tambien lo disfrute.

 

http://www.citlalired.com/index.php/308-armamento-tolteca-azteca-y-puntas-de-flechas-indias 

 












 

 

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