viernes, 18 de diciembre de 2015

EL PODEROSO EJERCITO AZTECA


El Ejército Azteca


El Ejército Azteca, Fue la Institución Más Poderosa de Todo el Imperio Azteca. El arte de guerra Azteca abarca los aspectos más importantes del modo de guerrear y pelear que tenía esta sociedad militarista del Posclásico Tardío. Las fuerzas militares, armamento y estrategia fueron vitales para las expansiones realizadas en el Posclásico Tardío por la civilización Azteca en Mesoamérica.

La Fuerzas Militares

Las fuerzas militares Aztecas estaban compuestas de un gran número de plebeyos (yaoquizqueh) que sólo poseían conocimientos y capacitación militares básicos, y un pequeño pero todavía considerable número de guerreros profesionales, pertenecientes a la nobleza (pipiltzin), los cuales se organizaron en diferentes sociedades guerreras, a las cuales eran integrados según sus logros en el campo de batalla. El estado Azteca estaba centrado alrededor de la expansión militar y del predominio político sobre otros pueblos, además de la exigencia de tributo de otras ciudades-estado, por lo cual la guerra era la fuerza básica en la política Azteca. La sociedad Azteca también estaba centrada alrededor de la guerra; cada hombre Azteca recibía formación militar básica desde temprana edad, ya que la guerra no sólo era importante para el bien del imperio, también era para muchos la única posibilidad de ascender en la pirámide social Azteca, la única forma de dejar de ser plebeyos (macehualtzin). Un guerrero Azteca se destacaba por sus logros y habilidades militares, especialmente la toma de cautivos (maltin) para el sacrificio.

El sacrificio de cautivos de guerra era una parte importante de muchos festivales religiosos de los mexicas. La guerra fue la principal fuerza impulsora de la economía del imperio y de la religión mexica.

Objetivos

Al entrar en guerra los Aztecas tenían dos objetivos. El primer objetivo era político: el sometimiento de las ciudades-estado enemigas a fin de obtener el tributo correspondiente y ampliar la hegemonía política mexica. El segundo objetivo era religioso y socioeconómico: la toma de cautivos para ser sacrificados en ceremonias religiosas. Estos dos objetivos influyeron en su forma de hacer la guerra. La mayoría de las guerras tuvieron motivaciones políticas y fueron impulsadas por las expectativas de la nobleza para con el huey tlatoani.

La guerra propició crecimiento económico del imperio mediante la ampliación de los territorios imperiales,
aumentando las fuentes de materias primas para el comercio y para el consumo interno, esto fue posible gracias a la expectativa de los plebeyos de tener una oportunidad de escalar en la sociedad mediante hazañas en las guerras. La primera acción de un Tlatoani electo siempre era una campaña militar con el doble propósito de demostrar su capacidad como guerrero y así como dejar claro que sería tan duro sobre cualquier conducta rebelde como su predecesor, además también era para suministrar abundantes cautivos para los festejos de su ceremonia de coronación.

Una campaña fallida era vista como un muy mal augurio para la figura del Tlatoani, ya que podría significar rebeliones en ciudades-estado (altépetl) sometidas por anteriores tlatoque y la nobleza podría dudar de su capacidad de gobierno. Este fue el caso de Tízoc quien fue envenenado por la nobleza después de varias campañas militares sin éxito.

La Guerra Florida

Otro tipo de guerra practicado por los Aztecas fueron las llamadas guerras floridas (xochiyáoyotl). Este tipo de guerra se luchó con pequeños ejércitos con previo acuerdo entre las partes involucradas. No estaban encaminadas a conquistar el altépetl enemigo, sino que sirvió a otros fines. Una era la toma de cautivos para el sacrificio y esto fue sin duda una parte importante de la mayoría de las guerras mexicas. Fray Diego Durán afirma en sus crónicas que el xochiyáoyotl fue instituida por Tlacaélel durante la gran hambruna de Mesoamérica (1450-1454) bajo el reinado de Moctezuma Ilhuicamina. Estas fuentes afirman que Tlacaelel organizó con los dirigentes de Tlaxcala, Cholula, y Huejotzingo, para participar en batallas rituales que proporcione a todas las partes suficientes víctimas para apaciguar a los dioses. Ross Hassig en 1988 planteó que el xochiyaoyotl tenía otros propósitos más políticos que religiosos, entre los cuales estarían:

Demostrar la superioridad militar Azteca.

Debilitar gradualmente a otros altépetl.

Someter a enemigos difíciles como los tlaxcaltecas, sin entorpecer otras actividades del imperio.

Convencer a la gente, tanto a los propios Aztecas como a otros pueblos, que era mejor no desobedecer al imperio, cosa que reafirmaba con los sacrificios hechos en el Templo Mayor de Tenochtitlán.

Organización del Ejército

El ejército Azteca estaba organizado en dos grupos. Los plebeyos, los cuales fueron organizados en divisiones llamadas calpulli, las cuales estaban bajo las órdenes de un tiachcahuan y/o de un calpoleque; y los nobles, que fueron organizados en sociedades de guerreros profesionales. Aparte del Tlatoani, los dirigentes de los guerreros Aztecas fueron el gran general, o tlacochcalcatl y los generales de tropa o tlacateccatl. El tlacochcalcatl y los tlacateccatl también tenían que nombrar sucesores antes de ir a cualquier batalla a fin de que, si murieran, pudieran ser reemplazados inmediatamente.

Los sacerdotes también tomaron parte en la guerra, llevando las efigies sus deidades en la batalla junto a los ejércitos. La imagen abajo muestra al tlacateccatl y al tlacochcalcatl, junto con otros dos oficiales (probablemente sacerdotes) conocidos como huitznahuatl y ticocyahuacatl, todos vestidos con sus trajes de batalla o tlahuiztli.

Entrenamiento

Los hijos de los nobles eran educados y entrenados en el calmécac donde recibían educación militar avanzada así como en otros temas tales como astronomía, calendarios, poesía y religión. Por otra parte los hijos de plebeyos fueron educados en el telpochcalli donde recibían formación militar básica y aprendían un oficio.

Rangos Militares

En el ejército Azteca había varias categorías y rangos. La categoría más baja eran los cargadores o tamemes, quienes llevaban armas y suministros. La siguiente categoría la conformaban los jóvenes del telpochcalli encabezados por sus sargentos o telpochyahque; Después iban los plebeyos yaoquizqueh, y finalmente los plebeyos que habían tomado cautivos en guerras anteriores, los llamados tlamani. Y por sobre estas categorías, iban los nobles de las "sociedades guerreras". Estos se agrupaban según el número de cautivos que habían tomado en anteriores batallas; el número de cautivos determinaba los diferentes trajes de los guerreros, llamados tlahuiztli, que se les permitía usar. Estos tlahuiztli eran cada vez más espectaculares conforme se ascendía de categoría, permitiendo a los mejores guerreros, los que habían tomado muchos cautivos, que los usaran en el campo de batalla.

Sociedades Guerreras

Los guerreros sobresalientes en la batalla podían ser ascendidos a nobles y podían introducirse en algunas de las sociedades guerreras (al menos entre los guerreros águila y los guerreros jaguar). Los hijos de nobles capacitados en el calmécac sin embargo tenían que entrar en una de las sociedades progresando a través de los diferentes rangos, como cualquier otro soldado. Los guerreros podrían pasar de una sociedad a otra, cuando tuvieran suficiente mérito; exactamente cómo sucedía esto es incierto. Cada sociedad tenía diferentes modos de vestir y diferente armamento así como diferentes estilos de pintura corporal y facial y adornos en el uniforme.

Guerreros Águila y Guerreros Jaguar

La mayor sociedad guerrera fue la de los guerreros águila (cuauhpipiltin, en singular cuauhpilli) y la de los guerreros jaguar (ocelopipiltin, en singular ocelopilli). Ambos vestían como el animal del que tomaban su nombre, algunos vistiendo pieles de grandes felinos y otros adornados con plumas de águila. Muchos de estos guerreros fueron representados en estatuas y en códices. La poesía mexica también usa con frecuencia la frase in cuauhtli, in ocelotl (‘las águilas, los jaguares’) para referirse a los nobles en la guerra. El cuartel de los guerreros águila y los guerreros jaguar fue el quauhcalli la ‘casa de las águilas’, situado en el recinto ceremonial en Tenochtitlán. Era el grupo de élite de las fuerzas armadas, algunos códices recogen la leyenda de que entraban en un profundo estado de meditación y podían permanecer en un sitio de cuclillas y sin moverse, sin comer ni beber durante al menos dos semanas, simplemente esperando el momento oportuno para atacar y matar de un golpe (como era usual) a su enemigo. Se estima que los guerreros águila y los guerreros jaguar causaron aproximadamente el 80% de las bajas españolas, antes, durante y después de la conquista.


Armas

Armas Arrojadizas

Entre las Armas Arrojadizas estaban:

El Átlatl: Era un arma utilizada para lanzar pequeñas jabalinas llamadas "tlacochtli" con mayor fuerza y mayor alcance que al ser lanzadas a mano. Murales en Teotihuacan muestran guerreros usando esta arma tan efectiva, que es característica de las culturas del México central.




El Tlahuitolli y el Mitl: Arco y Flechas.


El Yaomitl: Flechas con Punta de Obsidiana.

El Micomitl: Aljaba Azteca.

El Tematlatl: Una Honda hecha con Fibras de Maguey.

Armas Manuales
 

Entre el Arsenal de estos Guerreros Contaban con una Macana de Madera con Puntas Filosos de Obsidana en los Costados, "Macuahuitl", Un Escudo de Madera, Adornado con Diferentes Formas y Colores, "Chimalli", de Armadura llevaban, Una Armadura de Algodon de dos dedos de espesor la Cual Soportaba al Golpe de una Macana o el Impacto de Un átlatl, Los Oficiales y Guerreros Destacados Llevaban unas , "Pamitl", que era una Bandera Portada en la Espalda, Otras Armas Manuales eran la "Lanza Tepoztopilli", la Cual era Como la Macana, el "Quahololli", que era un Mazo de Madera y el "Huitzauhqui", que era Un Mazo de Madera con Puntas de Obsidiana a los Lados.




Armaduras y Protección

Chimalli: Eran escudos hechos con diversos materiales; por ejemplo, madera, con la que se fabricaban los llamados cuauhchimalli o caña de maíz, con la que se confeccionaban los otlachimalli. también había escudos hechos con oro, o decorados con trabajos en plumas, llamados māhuizzoh chimalli.


Ichcahuipilli: Era una armadura de algodón acolchado de unos dos dedos de espesor (remojados en salmuera para crear escamas de sal secandose al sol). Este material era resistente a golpes con macuahuitl y a tiros con átlatl.

Ehuatl: La túnica que los nobles usaban sobre su ichcahuipilli o tlahuiztli.

Tlahuiztli: Eran los trajes decorados de los guerreros prestigiosos y de los miembros de las sociedades guerreras.

Pamitl: Eran las enseñas que los comandantes y guerreros destacados portaban en sus espaldas. Eran diseñadas para ser vistas a distancia.

Cuatepoztli: Era un yelmo de madera, el cual, dependiendo del rango de su portador, podía ir decorado con plumas o grabados, asimismo podía dársele forma de cabeza de águila o de cabeza de jaguar.

Campañas

Una vez que el Tlatoani tomaba la decisión de ir a la guerra se daba la noticia en las plazas pidiendo la movilización del ejército con varios días o semanas de anticipación. Cuando las tropas estaban preparadas y cualquier altépetl aliado había sido advertido y había dado su consentimiento para participar en la campaña, la marcha comenzaba. Generalmente los primeros en marchar eran los sacerdotes llevando las efigies de los dioses, al día siguiente la nobleza marchaba encabezada por el tlacochcalcatl y el tlacateccatl. Y en el tercer día el grueso del ejército Azteca marchaba, seguido por los guerreros de otras ciudades de la alianza (Tlacopan y Texcoco), y finalmente, las fuerzas aliadas de otras ciudades, en algunas de estas ciudades, se unían otros guerreros durante la marcha, mientras el ejército pasaba por sus ciudades. Gracias al eficiente sistema de caminos a lo largo del México central, el ejército Azteca podía avanzar entre 19 y 32 kilómetros por día. El tamaño de los ejércitos Azteca variaba considerablemente de pequeńos contingentes de entre unos cientos y unos pocos miles de guerreros, a grandes ejércitos con cientos de miles de guerreros. En la guerra contra Coixtlahuacan, el ejército Azteca consistía de casi 200.000 guerreros y 100.000 tamemes. Otras fuentes mencionan ejércitos de hasta 700.000 hombres



El Combate

La lucha normalmente empezaba al amanecer. Se utilizaban señales de humo para avisar sobre el inicio de una batalla y para coordinar ataques entre diferentes divisiones del ejército. La señal para atacar era dada por instrumentos musicales como tambores y conchas de caracoles (tlapitzalli).



Generalmente la batalla comenzaba con flechas y lanzas. El grueso del ejército estaba compuesto por plebeyos armados con arcos y hondas. Entonces los guerreros se lanzaban al ataque, y durante esta fase, antes de la lucha cuerpo a cuerpo, se utilizaba el átlatl. Esta arma lanza dardos era preferida para tiros cortos que las hondas y arcos, por ser mucho más letal. Los primeros guerreros en entrar en combate eran los más distinguidos guerreros de las sociedades cuachicque (‘rapados’) y otontin (otomí); luego seguían los guerreros águila y los guerreros jaguar; y finalmente los plebeyos y jóvenes primerizos. Hasta bien entrado el combate, los rangos se mantenían y los Aztecas intentaban acorralar o flanquear al enemigo, pero una vez que el combate comenzaban a intensificarse, las filas se rompían, y cada guerrero libraba su propia contienda mano a mano. Los jóvenes que participaban por primera vez en batalla, normalmente no se les permitía luchar antes de que la victoria Azteca estuviera asegurada, tras lo cual se trataría de capturar presos durante la huida del enemigo. Se dice que, durante las guerras floridas, los guerreros Aztecas solo capturaban a sus enemigos en lugar de matarlos, a veces cortando un tendón o incapacitando de otra manera a sus enemigos.

Esto ha sido utilizado como argumento para explicar la derrota de los Aztecas ante los españoles, aunque hoy día se ha descartado dicha posibilidad. Por algunos, pero para la mayoría, apoyándose en fuentes documentales de primera categoría y validez, como Diaz del Castillo o López de Gómara, saben que la captura de prisioneros era prioritaria, de hecho el mismo Hernán Cortés salvó en más de una ocasión la vida gracias a esta costumbre bélica Azteca. Otras maniobras tácticas de los Aztecas, consistían en fingir retiradas y luego tender emboscadas: pequeños grupos de soldados Aztecas atacaban primero y se retiraban con lo que atraían y hacían caer al enemigo en una trampa, llevándolos a lugares donde había más guerreros ocultos.



Si un enemigo intentaba refugiarse en su ciudad, la batalla continuaba. Pero como normalmente, el objetivo era conquistar una ciudad no destruirla. Una vez que la ciudad era conquistada el templo principal era incendiado, proclamando a lo lejos, a todos los pueblos cercanos, la victoria de los Aztecas. Si los enemigos aún se negaban a entregar el resto de la ciudad, esta podría ser incendiada, pero esto era poco frecuente.

Miscelanea del Ejército Azteca

Guerreros Aztecas en Campaña

ejercitos

Armas Manuales del Ejército Azteca

Guerreros Aztecas

Armas Arrojadizas del Ejército Azteca

imperio azteca


Guerrero Jaguar

guerras floridas

Guerrero Águila



Los Aztecas en la Guerra Florida



Fuerzas Armadas Aztecas-




guerrero jaguar








ARTESANIAS LITICAS DE SUDCALIFORNIA

ARTESANO CASIMIRO GARDEA OROZCO
La cultura de los pueblos que habitaron la península siempre ha causado un gran interés para los antropólogos y arqueólogos, también ha despertado el interés de la sociedad  que busca conocer y comprender el cómo vivían y concebían su espacio geográfico.

Gracias a los escritos de los misioneros Jesuitas y Dominicos principalmente, nos ha llegado información acerca de su modo de vestir, alimentación y algunas de sus costumbres, aunque hay que señalar siempre con el sesgo característico de una cultura totalmente diferente. Fue en los últimos dos siglos (1800-2000) principalmente, cuando los investigaciones y reflexiones acerca de las culturas indígenas que habitaron la península dieron como resultado un mayor interés de la población por conocer y comprender de una manera más objetiva, estas culturas que lograron con el paso de los siglos adaptarse a un medio hostil.

Esta fascinación despertada ante el hallazgo de algunas puntas de flecha en 1977 en sus paseos por las cercanías de la ciudad de La Paz, especialmente durante sus caminatas por la playa El Conchalito, hace ya más de 35 años motivo en Casimiro Gardea Orozco, nacido en la Cd. de Chihuahua, Chih. Y avecindado en esta ciudad desde 1975, siendo sobreviviente del Ciclón Liza en 1976, por esta causa estando el internado en La ciudad de Los Niños y Niñas de La Paz y siendo aprendiz de Diseñador Gráfico en la imprenta, adquirió la costumbre de salir desde temprano los domingos a caminar por la playa . . .  durante estos paseos fue que encontró sus dos primeras puntas de flecha completas de un  tamaño aproximado a 4 pulgadas de largo en perfecto estado, siendo que él no conocía este tipo de herramientas, únicamente en el museo y en los libros,  dichas puntas se las mostro a una de las personas encargadas del internado que en unos de sus viajes a Italia las llevo quedando estas en las manos de una persona que trabajaba en uno de los museos de aquel país, de las cuales no volvió a saber de ellas, a cambio esta persona a su regreso le obsequio un cuchillo tallado de marfil que trajo de áfrica, a partir de ese entonces nació en el la costumbre de cada vez que salía a caminar… buscar y coleccionar piezas líticas, encontrando casi en su totalidad piezas fraccionadas o quebradas y esporádicamente piezas completas, su perseverancia le llevo a juntar más de 40 piezas completas en perfecto estado las cuales dono en el 2012 al Museo de Antropología e Historia de Baja California Sur para su exposición junto con un molar de camello prehistórico que encontró frente al antiguo hotel Gran Baja.
Su labor creativa no concluyo con la entrega de esta colección, sino que al darse cuenta de que la mayoría de las puntas de lanza y flecha que se encontraba estaban partidas o quebradas tal vez por el uso que se les dio al ser arrojadas contra sus presas o a la hora de estar haciendo su percutido se le quebró al autor original de las mismas y en base a artículos publicados en libros por investigadores decidió realizar con la técnica de percutido algunas puntas de flecha que después de muchos intentos logro sus primeras replicas (por mencionarlas así pero en su caso son originales, por lo regular ninguna pieza es igual a la otra) durante varios años estuvo guardando estas piezas, no quedando satisfecho con esto empezó a fabricar también hachas, después le nació la inquietud de hacerlas de una manera más completa y comenzó a confeccionar arcos con sus flechas haciendo los amarres con cordel de pesca, pero esto tampoco le satisfacía y comenzó a investigar el tipo de amarres que los indios californios usaban, leyendo el algún libro que ellos hacían lasillos machando las raíz del cardón, choya, ocotillos y magueyes silvestres, tratando de simular esta técnica intento buscar la manera de hacer algo similar a los hallazgos en las excavaciones, incluso uso hoja de palma pero no le parecía bien, hasta que en una charla en internet con un coleccionista argentino este le dijo que en algunas culturas utilizaban la fibra de la hoja del plátano para vendar las heridas y en algunos caso los hilos de las hojas para hacer suturas craneales, que lo intentara de esta manera, así lo hizo logrando lasillos muy parecidos a los utilizados por los antiguos californios, confirmándolo después cuando se le permitió la entrada al laboratorio del Museo de Antropología e Historia de Baja California Sur para observar los lasillos que ahí conservaban de un faldellín pericué hecho con nudillos de carrizo de más de 700 años de antigüedad en cual se le solicito les elaborara con esta técnica para colocar en un maniquí de una mujer pericué  junto con un pectoral de concha de madreperla para su compañero.
 Ya logrado este paso comenzó confeccionar arcos completos con su flechas haciendo sus amarres con esta fibra de plátano poniendo mango a las hachas haciendo los amarres con esta fibra, logrando de esta manera piezas que envidiaría cualquier coleccionista de armas antiguas y así consiguió hacer su primera pequeña exposición durante el mes de mayo al mes de agosto de 2013 en Centro de Artes Tradiciones y Culturas Populares de Baja California sur.
 Casimiro Gardea Orozco presento esta serie de objetos con la finalidad de que las personas obtengan una imagen de cómo eran utilizados y la importancia que tenían para las culturas de los indígenas californios dedicados principalmente a la caza y recolección de frutos y semillas. Además esta piezas son concebidas por el autor como una artesanía diferente tal vez, pero no menos importante al ser hechos con enorme destreza y habilidad..
 
Reconocemos la constante labor de este artesano que nos ofrece una interesante visión de la cultura de los antiguos californios, esperando que hayan disfrutado de esta muestra del talento y creativad de este Sudcaliforniano por adopción.

EXPOSICION ARTE LITICO

DE SUDCALIFORNIA

CENTRO ARTES POPULARES
CENTRO DE ARTES POPULARES
DE BAJA CALIFORNIA SUR
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LA PAZ, BAJA CALIFORNIA SUR
EXPOSICIONARTEE LITICO DE SUDCALIFORNIA
HACHAS,  ARPONES, PUNTAS DE FLECHA,
CUCHILLOS, ACCESORIOS, ETC.
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HACHAS,  ARPONES, PUNTAS DE FLECHA,
CUCHILLOS, ACCESORIOS, ETC.
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HACHAS,  ARPONES, PUNTAS DE FLECHA, CUCHILLOS,
ACCESORIOS, ETC.
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REPLICA DE FALDILLIN PERICUE
HACHAS,  ARPONES, PUNTAS DE FLECHA,
CUCHILLOS, ACCESORIOS, ETC.
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CUCHILLOS, ACCESORIOS, ETC.
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HACHAS,  ARPONES, PUNTAS DE FLECHA,
CUCHILLOS, ACCESORIOS, ETC.
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HACHAS,  ARPONES, PUNTAS DE FLECHA,
CUCHILLOS, ACCESORIOS, ETC.
Foto1624
casimiro gardea orozco
CASIMIRO GARDEA OROZCO
EN LAS OFICINAS DE CANAL 8
PARA UNA ENTREVISTA
EN EL PROGRAMA CON SENTIDO
Hoy sus piezas están a la venta en:
 La Casa del Artesano Sudcaliforniano
Parque Cuauhtémoc   Bravo y Mutualismo Frente al Malecón





 

LA PAZ, BAJA CALIFORNIA SUR



LA PAZ, BAJA CALIFORNIA SUR

                               LA PAZ, BAJA CALIFORNIA SUR 







































































  

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Agradecimiento a Citlali Magazine por el articulo publicado

  

Agradecimiento a Citlali Magazine
por el articulo publicado
Armamento Tolteca-Azteca y
 Puntas de Flechas Indias
enfocado al Arte Litico de Sudcalifornia
del cual ponemos un  enlace
para que Usted tambien lo disfrute.

http://www.citlalired.com/index.php/308-armamento-tolteca-azteca-y-puntas-de-flechas-indias

 

 

Armamento Tolteca-Azteca y Puntas de Flechas Indias

Armamento Tolteca-Azteca y Puntas de Flechas Indias

  

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Armamento Tolteca-Azteca y Puntas de Flechas Indias

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